Leo lo que parece ser un estudio que afirma que malas posturas en el trabajo reducen la productividad. Según cuenta la noticia, la investigación señala que un 68% de los trabajadores pasaban algo más de una hora diaria de su jornada laboral reajustando su posición y espacio de trabajo hasta encontrarse cómodos.
La noticia añade que las malas posturas en el trabajo generan dolores y otros problemas, haciendo que algunas empresas ofrezcan “in situ” servicios de fisioterapia para atender estas dolencias.
Me ha parecido interesante destacar y comentar esta noticia, puesto que desde el punto de vista de la salud general y de la fisioterapia en particular me parece relevante. Eso sí, tengo que señalar que el motivo de comentarla es porque, la verdad, no estoy de acuerdo con casi nada de lo que se comenta.
La noticia cita un par de estudios, pero solo da algunos números que muestra el estudio, y no refleja el estudio en sí. Así que no se si los datos se han quedado por el camino al citar al estudio, o el estudio ya arrojaba estos datos. El caso es que creo que merece la pena comentar la noticia con vosotros, porque creo que alimenta unos mitos que no son nada saludables.
¿5 horas semanales para encontrar la postura correcta?
El estudio parece ser que indica que, de media, los trabajadores tardan algo más de una hora diaria en buscar la postura y reorganizar su puesto de trabajo hasta sentirse cómodos. Entiendo que no será una hora seguida, sino a lo largo de la jornada. Eso sí, supone casi seis horas a la semana donde la persona no está rindiendo al 100%, puesto que está reorganizando su puesto y buscando la postura cómoda. Me parece, como poco, alarmante.
Después la noticia señala que estar tantas horas sentado provoca molestias en espalda y cuello, que requieren tratamiento específico. Luego hace hincapié en la de bajas laborales que se producen por lumbalgias y otros dolores de espalda. El caso es que ya no se si esto viene del estudio, o de otro lado, pero luego se señala que otro estudio indica que sentarse mal (con la espalda “en forma de C”) provoca dolores, bajas y demás.
No me cuadra mucho que, después de pasar una hora al día para buscar la postura, la gente luego se siente en una postura que les provoque dolor, pero bueno, son estudios diferentes, habría que tener acceso a ellos para poder valorar las conclusiones.
Mitos sobre postura y dolor
El caso es que el artículo va en la línea de alimentar mitos que ya deberían estar superados. Es cierto que una mala postura puede provocar molestias puntuales o relativamente prolongadas. Por ejemplo, un monitor en una esquina obligará a la persona a utilizar el ordenador con la cabeza girada, lo cual es lógico que provocará dolores de cuello.
Sin embargo, las investigaciones suelen indicar que una postura mala no tiene por qué provocar dolor de espalda. Por ejemplo, un estudio valoró adolescentes con asimetría postural, desviación de columna (cifosis torácia) e hiperlordosis lumbar (espalda demasiado arqueada en la región lumbar). Los resultados fueron que de adultos, a la hora de desarollar dolor de espalda no había diferencias entre estos chavales y otros que presentaban una mejor postura .
Otro estudio en embarazadas valoró aquellas con mayor alteración postural, y encontró que no sufrían mayores dolores de espalda que otras embarazadas con mejor postura. Y así otros estudios vienen a señalar más o menos lo mismo: que los trabajadores que se sientan de cualquier manera errónea en sus puestos de trabajo no tienen más riesgo de sufrir dolores de espalda que aquellos que se sientan derechitos. No hay que ser tan rápido en asociar la postura como único culpable de un dolor.
¡Ojo! Estoy hablando solo de postura. Si el puesto de trabajo está mal diseñado y obliga a forzar muñecas, cuello, agacharse y levantarse, rotar tronco para alcanzar cajones… Sí que hay más riesgo, pero estamos hablando únicamente de la postura, de sentarse derechos o “en forma de c”.
Además, puede que los trabajadores que se sienten de forma incorrecta tengan dolor de espalda, pero desaparece al poco tiempo de corregir la postura, por lo que veo osado achacar una lumbalgia o cualquier otro dolor invalidante de espalda únicamente a la postura. Habrá otros factores que tengan mucho mayor peso.
Estrés y sedentarismo como generadores de dolor
Lo que también avalan otros estudios es que en el entorno laboral hay factores que sí generan dolores y bajas. Uno de ellos es el estrés: una persona muy estresada tiene más tendencia a enfermar, así como a sufrir dolores musculoesqueléticos. Su organismo está debilitado, y sufre de forma más severa este tipo de patologías.
Pero la estrella de los generadores de bajas laborales es el enemigo de siempre: el sedentarismo. Sí que está demostrado que un estado de forma malo hace candidato a sufrir dolores así como predisposición a ciertas enfermedades (cardiovasculares, metabólicas…). Hace poco hablábamos de un estudio que señalaba que mejorando el nivel de entrenamiento físico de los trabajadores mejoraba la productividad y se reducían las bajas laborales.
Si la persona pasa mucho tiempo sentada en el trabajo, pero luego tampoco hace ejercicio, y se añaden otros factores: alimentación no del todo saludable, estrés en casa y/o en el trabajo, dormir pocas horas… Todo esto sí que convierte en candidato a baja por enfermedad, pero decir que la mala postura es la responsable me parece demasiado reduccionista.
En definitiva, corregir la postura de los trabajadores, haciendo que todos se sienten derechitos y con todo lo que necesitan para trabajar al alcance de la mano, puede ser favorable para prevenir ciertas lesiones. Esto es la ergonomía: adaptar el puesto de trabajo a las necesidades de la persona. Debería existir desde el inicio de la jornada laboral, no tardar casi una hora al día en encontrarla.
Sin embargo, para realmente reducir dolores musculoesqueléticos, tanto en espalda como otras regiones (cuello, hombro), y reducir el número de bajas relacionadas con estas patologías, lo que se necesita son hábitos saludables y practicar ejercicio de forma regular.
Sin esto, la persona terminará enfermando, simplemente tardará más tiempo en hacerlo, pero lo terminará haciendo. Hay que combatir el sedentarismo y los hábitos no saludables, no solo insistir en que los trabajadores se sienten derechitos. Yo mismo he recomendado en infinidad de ocasiones a las personas “que se sienten bien”. Ahora veo que es más importante que hagan ejercicio, aunque luego no se sienten tan derechos.
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