El verano es una época en la que necesitamos un aporte extra de líquidos para recuperar todas las sales minerales que perdemos con la transpiración. Pero también es una época de chiringuitos y bebidas elaboradas. Lo ideal para recuperar lo que nuestro cuerpo necesita es el agua, que además de ser la bebida más refrescante que existe está llena de beneficios.
Nunca nos paramos a pensar realmente la importancia del líquido elemento. Es el aliado perfecto para que nos mantengamos más jóvenes, pues hidrata nuestra piel y evita la aparición de arrugas. Y es que el 70% de las células es agua. Si la reponemos constantemente conseguiremos depurar las células y mantenerlas hidratadas.
El agua es muy recomendable para perder y mantener nuestro peso. A diferencia de otras bebidas que contienen azúcares y un montón de calorías, el agua es totalmente ligera y no contiene ninguna caloría. Nos ayuda a eliminar el apetito además de ser un depurativo del organismo que ayuda activamente en la eliminación de grasas. No hay que olvidar que si mantenemos nuestro cuerpo hidratado éste no tenderá a retener líquidos, pues ya tiene todo el que necesita y no se ve en la necesidad de almacenar.
El agua es un buen aliado de todo deportista, y es que nos ayuda a tener un mejor rendimiento físico debido a que su ingesta lubrica las articulaciones y al mantener hidratados los músculos y ligamentos mejora su eficacia y su resistencia. A esto hay que sumarle que mantiene los músculos tonificados evitando la flacidez en épocas de pérdida de peso.
Es un potente limpiador del organismo, pues a través de los riñones elimina toxinas y otras sustancias de desecho, con lo que nos ayuda a tener un cuerpo más depurado. Por esto es un buen aliado para acabar con el acné o reducir sus efectos. Su ingesta nos ayudará a tener una piel más limpia y uniforme.
Además de todos estos beneficios tiene muchos más como la cualidad de mantenernos despiertos y lúcidos, y es que cuando perdemos agua a través de nuestros fluidos nos estamos deshidratando un poquito, lo que puede derivar en falta de atención, mal humor, dolores de cabeza... Solamente podemos poner remedio a esto volviendo a recuperar los niveles de agua adecuados del cuerpo.
Es recomendable consumir agua constantemente, sobre todo en estos meses en los que la pérdida de líquidos es constante. En verano tenemos que ingerir entorno a 3 litros de agua al día, y en invierno 2 litros para mantener nuestros niveles adecuadamente y evitar la deshidratación. La ingesta del agua debe ser regular y en pequeñas cantidades para que nuestro cuerpo lo pueda asimilar correctamente.
En Vitonica | El agua, ¿te ayuda a adelgazar? En Vitonica | Beber dos litros de agua al día no te hace estar más sano, ¿o sí? En Vitonica | La importancia de una buena hidratación en verano