Cómo gustan los refrescos semialcohólicos del verano: El Tinto de Verano y el Shandy (o shampoo, o clara o cerveza con limón-gaseosa) han superado en popularidad a una de las abanderadas de la España más cañí: La Sangría. Quedando esta para cenas y reuniones familiares, el barecito de día a día se ha quedado con los dos primeros “refrescos”, pero, como más de uno se habrá preguntado alguna vez ¿Cuál de ellos es más sano o engorda menos?
Si vamos a las calorías estrictamente, es un tema más de cantidad que de calidad y me explico: Tanto el vino como la cerveza se rebajan con lo mismo (gaseosa o limonada) y ambas, dependiendo también de la graduación, andan muy parejos en calorías: El vino tinto tiene más alcohol, pero la cebada con la que se hace la cerveza es una fuente rica en Hidratos de Carbono, por lo que, más o menos, te va a engordar lo mismo. Ahora sí, si vamos a la cantidad el Tinto de Verano se sirve en vaso de tubo (unos 200-250 c.c.) y la Shandy es bastante habitual hasta en jarras de 500 (si no te ponen caña es un vaso de limón más una cerveza mediana), por tanto, a más cantidad, más calorías.
En cuanto a beneficios, el vino estimula el gusto y olfato, previene de algunas enfermedades cardiovasculares, ayuda a superar la anemia por su moderadamente alto contenido en hierro (además de otras sales minerales) e incluso tiene funciones antibacterianas. La cerveza, por otro lado, es diurética y ayuda a la calcificación ósea y también ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. Eso sí, ambas bebidas en consumo moderado.
Por lo tanto, más que el tomar o no tomar, el “secreto” reside en la moderación: Son bebidas dulces pero alcohólicas, que en caso de tener sed entran muy fácilmente pero luego pegan fuerte por su contenido alcohólico. Además, las Shandys, como hemos observado anteriormente, tienen en muchas ocasiones un tamaño excesivo.