Todo sobre los triglicéridos: qué son, cómo nos afectan y cómo mantenerlos a raya

De seguro has oído hablar de los triglicéridos y sabes que junto a colesterol son uno de los parámetros más frecuentemente evaluados ante un análisis de sangre. Te contamos qué son los triglicéridos, cómo nos afectan y cómo mantenerlos a raya para que su exceso no perjudique la salud.

Qué son los triglicéridos

Los triglicéridos son un tipo de grasa o lípido que se encuentra en nuestra sangre y circula por la misma unida de lipoproteínas al igual que el colesterol. Pero a diferencia de este último, los triglicéridos son el lípido más abundante en nuestro organismo y constituye la forma en que se almacenan en tejido adiposo las calorías que el cuerpo no utiliza así como la fuente de energía que se libera cuando estamos en proceso de quema de grasas.

Se considera normal en nuestro organismo niveles de hasta 150 mg/dl, mientras que entre 150 mg/dl y 199 mg/dl se considera un valor límite y cuando supera los 200 mg/dl ya constituyen niveles altos siendo por encima de los 500 mg/dl un valor muy alto o una hipertrigliceridemia muy marcada.

Es decir, si bien todos tenemos triglicéridos porque tras el consumo de grasas u otros alimentos el cuerpo genera los mismos para utilizarlos como fuente de energía o almacenar en tejido adiposo, sus niveles muy elevados son riegosos para la salud.

Cómo nos afectan los niveles altos de triglicéridos

Niveles que superan los 200 mg/dl de triglicéridos en sangre ya se consideran un riesgo para el organismo, pues aunque no se sabe con exactitud el mecanismo de acción, la hipertrigliceridemia endurece las paredes de las arterias siendo por ello un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.

Asimismo, los triglicéridos altos en sangre son propios de un síndrome metabólico, condición que reúne una serie de alteraciones y patalogías como la obesidad, la hipertensión arterial o la diabetes tipo 2. De hecho, su elevación en sangre se ha vinculado en un estudio publicado en 2011 a mayor incidencia de resistencia a la insulina, el principio de muchas enfermedades metabólicas.

Niveles altos de triglicéridos en sangre se asocian a enfermedades cardíacas, aterosclerosis, pancreatitis aguda y síndrome metabólico

Sus niveles altos no en ayuno es decir, a lo largo del día y tras determinadas ingestas también representan un riesgo para la salud, ya que como señala una investigación presentada en la revista JAMA elevan el riesgo de sufrir cardiopatía isquémica, infarto de miocardio y muerte.

Como si fuera poco, la hipertriglicéridemia o los triglicéridos altos en sangre constituyen un factor de riesgo para el desarrollo de aterosclerosis y de neuropatías diabéticas, una de las consecuencias de la diabetes no controladas y también se asocian a la presencia de pancreatitis aguda, la enfermedad de Avicii que como en este caso, puede resultar fatal.

Por todo esto, controlar los niveles de triglicéridos en sangre resulta fundamental para proteger la salud del organismo.

Cómo mantener los triglicéridos a raya

Como hemos dicho, los triglicéridos los obtenemos para ser almacenados de muchos alimentos, aunque derivan principalmente de las grasas o alimentos grasos que contienen estos lípidos en su interior.

Por ello, quienes consumen calorías en exceso o presentan obesidad tienen más probabilidades de tener triglicéridos altos en sangre, siendo por ello el descenso de peso y el control energético en la dieta clave para controlar los niveles de estos lípidos en el organismo.

Asimismo, reducir el consumo de grasas saturadas y grasas trans que pueden elevar los triglicéridos en sangre y sumar factores de riesgo como el incremento de colesterol LDL o malo y reducción del colesterol HDL o bueno es de mucha ayuda.

Además, reemplazar las grasas saturadas pero por sobre todo las grasas trans por grasas insaturadas derivadas por ejemplo del aceite de oliva o del pescado rico en omega 3 es clave para reducir los triglicéridos como concluyeron científicos de Alemania.

Es decir, debemos escoger grasas de calidad, insaturadas en su mayoría y reducir aquellas nocivas para la salud; evitar las harinas refinadas y disminuir al máximo posible los azúcares libres o añadidos siempre es aconsejable, pues incentivan la síntesis hepática de triglicéridos y por ello pueden favorecer sus niveles elevados en sangre.

De igual forma sucede con el alcohol, por lo tanto, su consumo mínimo o nulo es siempre aconsejable para reducir los triglicéridos o mantenerlos en niveles adecuados.

Por último, llevar una dieta saludable acompañada de otros hábitos como el ejercicio regular que también ayuda a controlar los triglicéridos es recomendable para cuidar la salud metabólica y mantener estos lípidos en niveles normales como señalan expertos de la Clínica Mayo.

Imagen | iStock, Pixabay y Unsplash

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