La alimentación en niños y adolescentes está cada vez más asociada con las enfermedades que afectan a gran parte de la población en la actualidad.
Hoy se sabe que el gusto de los niños por las comidas rápidas, los dulces y las altas concentraciones de grasas son las responsables de las cifras de obesidad infantil y en la adolescencia.
Sin embargo, todos consumimos ocasionalmente bebidas gasificadas o jugos de frutas comercializados como naturales sin darnos cuenta de su elevado aporte de azúcar y contribución a las calorías dietarias.
La población infantil y adolescentes, particularmente, ingieren gaseosas, jugos de frutas concentrados y chocolatadas que contienen un porcentaje elevado de azúcar en su composición, pero que al ser bebidas, pues no lo consideramos un alimento y no nos percatamos de sus calorías.
Varios estudios han comprobado que este tipo de bebidas representan un alto porcentaje del total de calorías ingeridas por los jóvenes y además, dicho aporte ha ido en aumento año tras año.
Desde el año 1988 al año 1994 se supo por medio del análisis de las dietas diarias de niños y adolescentes de entre 2 y 19 años que las bebidas azucaradas y los jugos de fruta concentrados al 100% aportaban alrededor de 242 calorías por día, cifras que en el año 2004 ascendieron a 270 calorías por día.
El incremento se traduce aproximadamente en un 20% sin haber modificaciones significativas en el consumo total de alimentos de los adolescentes.
Del total de las bebidas azucaradas analizadas, la mayoría la constituyen las bebidas carbonatadas (67%) en el caso de los adolescentes, y entre los niños en edad preescolar más del 50% de las calorías de bebidas azucaradas son proporcionadas por jugos de frutas concentrados.
Entonces, al ver que los niños y adolescentes de los EEUU consumen entre un 10% y un 15% de las calorías en forma de bebidas azucaradas, podemos decir que al limitar su consumo reduciríamos grandemente el aporte de "calorías vacías".
Decimos que son calorías vacías aquellas que sólo representan eso: calorías, sin ningún agregado nutritivo, ni vitaminas ni minerales. Generalmente, las bebidas gasificadas, los jugos artificiales y algunos jugos de frutas concentrados, sólo aportan azúcar en su composición y por ende, sólo calorías.
Pero cabe aclarar que existen jugos de frutas que no sólo aportan calorías por medio de azúcar, sino que si son verdaderamente naturales no deberían ser endulzados con más azúcar y aportarían un mínimo de fibra propio de la pulpa de fruta residual.
Sin embargo, vemos que la mayor parte de los jóvenes opta por las bebidas carbonatadas (soda) y así, sólo se logra incrementar el aporte de azúcar que, sumado a los alimentos dulces consumidos a lo largo del día originan un exceso de azúcares simples en la dieta que si no se gasta por medio de la actividad física, se deposita en forma de grasa contribuyendo así, a la obesidad.
En muchos casos no se suministran bebidas con endulzantes o edulcorantes a los menores por creencias acerca de sus posibles efectos perjudiciales, sin embargo, no existe evidencia que señale daños severos en dicha población y en especial en adolescentes pueden ser una gran alternativa para reducir el consumo de azúcar y prevenir así, el exceso de calorías y de peso corporal.
Un vez más, se visualiza la influencia del mercado y la publicidad sobre la alimentación de los menores, ya que al promocionar los productos como refrescantes, naturales o sin aditivos, los niños y adolescentes son engañados creyendo que sólo consumen líquido cuando la realidad es diferente.
Disminuir en un 15% el aporte calórico de la alimentación mediante la reducción del consumo de azúcar es un gran paso que si se complementa con actividad física regular puede brindar resultados gratificantes en materia de salud.
Vía | Saludlandia En Vitónica | Nada de refrescos o bollos en las escuelas En Vitónica | ¿Qué es mejor, comerse o beberse la fruta? En Vitónica | Chucherías, ¿calorías vacías?