Siempre asociamos la dieta rica en proteínas a mayor desarrollo muscular, sin embargo, si bien las proteínas son esenciales en etapa de musculación, un exceso de éstas no trae más beneficios y por el contrario, la ingesta correcta de hidratos puede ayudarnos en mayor medida, como bien ha dicho nuestro lector Martín Romano.
Las proteínas son necesarias en el post entrenamiento para favorecer el anabolismo y la recuperación muscular, pero sin un buen entrenamiento las mismas no serán utilizadas y además, por encima de 1,8 a 2 gramos por Kg de peso no se absorben, sino que se eliminan por vía renal, lo cual puede generar grandes problemas. Por otro lado, los hidratos brindan grandes ventajas al crecimiento muscular y muchas veces los olvidamos cuando queremos lograr hipertrofia.
Los hidratos de carbono son la base energética de cualquier dieta y por ende, en deportistas de resistencia como en quienes levantan pesas, cubrir las calorías es fundamental para mantener la integridad del organismo y reservar la función estructural de las proteínas.
Asimismo, el levantamiento de pesas constituye una actividad anaeróbica y como sustrato de las mismas existe únicamente la glucogenolisis, es decir, la degradación de glucógeno, por ende, si no tenemos hidratos suficientes, no tendremos una buena reserva de glucógeno en el músculo y así, la fatiga llegará antes de los esperado.
Para levantar pesas o realizar otro tipo de actividades anaeróbicas, de alta intensidad, el sustrato principal son los hidratos de carbono y de allí que éstos pueden ser mucho más importantes que las proteínas para los músculos.
Además, las proteínas tienen alto costo energético en el organismo para degradarse e incorporarse a nuevas estructuras, por eso, en grandes cantidades pueden resultar más un perjuicio que una ayuda.
La clave está en priorizar la ingesta de hidratos como fuente de energía principal e incrementar el aporte calórico sobre todo, mediante el aumento de hidratos complejos, de manera de tener siempre sustratos para los músculos y favorecer el rendimiento deportivo así como el desarrollo muscular.
Nunca un deportista debería consumir menos de 500 gramos de hidratos y su ingesta podría alcanzar el 70% del valor calórico total, siempre siendo la mayoría (75% de los mismos) carbohidratos complejos como pastas, arroz, pan, harinas, legumbres.
Como podemos ver, mucho tiempo hemos destacado el aporte de las proteínas y olvidado el esencial papel de los hidratos en actividades físicas tanto aeróbicas como anaeróbicas.
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