Hoy, desde Vitónica, vamos a empezar una nueva serie en la que vamos a recopilar todos los mitos fitness que existen con el fin de intentar dejar claro muchos de los errores que los principiantes tienen cuando se inician en el mundo del fitness.
Para empezar esta nueva andadura hemos seleccionado el mito fitness por excelencia: los carbohidratos por la noche engordan. Algo que incluso se puede encontrar en post antiguos de este blog que, la verdad, deberíamos corregir.
Mito fitness: carbos y frutas por la noche nunca
Esta creencia viene desde tiempos remotos, donde la lógica se aplicaba sin tener en cuenta la ciencia, y se pensaba que, al ser los carbohidratos una fuenta de energía (glucógeno) si esta energía no se usaba se transformaba en energía de reserva (grasa).
Se pensaba que cómo la cena es la última comida del día, al irnos después a dormir y no hacer ningún tipo de ejercicio, esa energía se tenía que almacenar sí o sí en forma de grasa para poder utilizarla en un futuro.
Lo real es que el peso se puede perder de forma inteligente o no tanto, pudiendo bajarse sólo grasa (algo excelente y casi imposible), grasa y músculo (lo normal) o sólo músculo (lo peor que nos puede pasar dentro del fitness y la vida en general).
Si hay déficit calórico se baja grasa
Para que nuestra perdida de peso tienda a ser lo más perfecta posible y alejarnos de la pérdida de músculo lo máximo posible lo interesante es saber cuanto y cuando tenemos que meter los diferentes carbohidratos pero si hay un déficit calórico perderemos grasa aunque sólo comamos una vez justo antes de dormir (ver estudio científico).
La lógica que se tenía antes en realidad no tenía sentido alguno, era algo así como pensar que nuestro cuerpo tiene un reloj con el que controlar la hora para saber si transformar el carbohidrato en grasa dependiendo si es muy tarde o no.
En realidad el cuerpo depende de lo que haya hecho ingerido el reto del día aumenta el metabolismo de ellos o reduce la lipólisis o aumentao la glucogénesis ... vamos que no es tan sencillo como la suposición que se suponía como cierta.
Reserva de glucógeno
Hay que tener una cosa clara y es que nuestro cuerpo no sólo almacena energía en forma de grasa, también almacena glucógeno para ser utilizado como energía para ejercicios más exigentes e intensos, además de ser la energía preferente casi siempre.
Este "almacén" de glucógeno son los músculos y el hígado principalmente, y es evidente que es limitado, aunque cuanto más músculo tengamos mayor puede ser el glucógeno que se tenga de reserva en nuestro organismo.
Esto quiere decir que si durante todo el día nuestra ingesta de carbohidratos ha sido baja nuestras reservas de glucógeno estarán bajas, además que al entrenar (si lo hemos hecho) o la simple actividad diaria la habrán reducido algo.
Así que si llegamos a la noche e ingerimos cierta cantidad de carbohidratos no se va a acumular como grasa ya que lo primero que se va a hacer es recargar esas reservas de glucógeno (otra cosa es que nos pasemos del total calórico diario, en cuyo caso si almacenaremos grasa).
Imagen | Wikimedia commons
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