El pan, un alimento presente en la dieta de todos nosotros a diario, y es que es una fuente fundamental de hidratos de carbono, algo que hace que esté presente en casi todas nuestras comidas. En el mercado encontramos infinidad de tipos de pan que se ajustan a los gustos y necesidades de todos los consumidores. A pesar de todo todos tienen las mimas cualidades, ser una fuente importante de energía para el organismo. En esta ocasión nosotros queremos detenernos en dos tipos, el pan tostado y el normal, ya que nos hemos preguntado en infinidad de ocasiones cuál de los dos es mejor para nuestro organismo.
La materia prima de todos los panes son los cereales, fuente importante de hidratos de carbono, proteínas y vitaminas del grupo B. En el caso del pan tostado y del normal sucede esto, y es que están realizados con los mismos ingredientes, lo único que les diferencia es el tueste, ya que el tostado está elaborado al horno. Normalmente se presenta en rebanadas que tienen una consistencia y una apariencia características. Pero este aspecto no lo hace igual de nutritivo que el pan normal.
El contenido de nutrientes de ambos tipos de pan es el mismo, siempre y cuando sean del mismo tipo, es decir, que estén elaborados con los mismos ingredientes. La única diferencia a tener en cuenta entre ambos tipos de pan es la cantidad de agua que nos aportan. Los panes tostados no tienen agua en su composición, ya que toda se perdió al ser tostado, mientras que en el pan normal la miga contiene agua en grandes cantidades, por ello se presenta blando. Esta es la principal diferencia de ambos tipos de pan, y algo a tener en cuenta a la hora de consumir más o menos pan.
Al ingerir pan tostado en las comidas el cuerpo nos pedirá más líquido a causa de la falta que tiene el pan, de este modo la sensación de saciedad será mayor que si comemos pan normal, pues la cantidad de agua consumida será inferior. No solo esto, sino que además el pan tostado es más difícil de masticar debido a su dureza y tosquedad, lo que nos obligará a masticar mucho mejor los alimentos que ingiramos junto a él, mejorando así el proceso digestivo.
Otro punto a tener en cuenta es que al consumir pan tostado en las comidas la cantidad ingerida será menor, pues con este pan, al estar seco no podemos utilizarlo para untar salsas, algo que sí hacemos con el pan tradicional y que si queremos mantener el peso es algo que va totalmente en contra. Eso sí, el pan tostado es mucho menos apetecible al paladar y menos sabroso que el pan normal, ya que su textura es más fuerte y dura, y el sabor no contiene tantos matices como el pan convencional. Por ello la opción de cada uno es aquí lo que debe prevalecer, pues las dos opciones son igual de válidas, aunque el pan tostado pueda ser más efectivo a la hora de adelgazar.
Imagen | BocaDorada