Que la carrera es una de las actividades más completas a la hora de quemar calorías y de mantener nuestro organismo en perfecto estado todos lo sabemos. Es cierto que los beneficios que nos brinda la carrera son enormes y por ello se ha convertido en una de las actividades estrella de los amantes del deporte. Pero existen algunos problemas derivados de esta actividad como la periostitis tibial, producida por un exceso de tensión en la zona de la espinilla al realizar una actividad en la que las piernas están involucradas por completo. Por ello en este post queremos ver cómo podemos prevenirla .
La periostitis tibial es un malestar que seguro hemos sufrido en alguna ocasión cuando hemos salido a correr. Se trata de una inflamación en la parte de la tibia, concretamente en el periostilo que es el nexo de unión entre la propia tibia y los gemelos. Normalmente esta inflamación se debe a un exceso de tensión en esta zona que acabará desembocando en dolor y malestar. La sensación que vamos a experimentar en esta parte cuando aparece la periostitis tibial es de hinchazón y dolor, como si nos hubiésemos dado un golpe en la espinilla y tuviésemos un hematoma inexistente. Algo que se cura con reposo, pero que se puede evitar y prevenir.
El terreno
Una de las razones por las que puede aparecer la periostitis tibial es por la sobrecarga que se produce en esta zona. Esta sobrecarga puede verse desencadenada por el terreno en el que vamos a realizar la carrera. Si es una superficie demasiado dura que no absorbe el impacto corremos el riesgo de que éste se quede condensado en la parte de la tibia, derivando en este dolor incómodo que nadie quiere sufrir. Por ello es necesario saber elegir el terreno en el que nos vamos a mover para decantarnos por la opción más suave y delicada para afectar lo mínimo posible a la zona de la tibia.
El calzado
El calzado es otro punto a tener en cuenta, y es que lo mismo que el terreno, el calzado es una de las principales bazas a la hora de conseguir absorber el impacto que se produce con la zancada mientras practicamos carrera. El calzado es la única manera que tenemos de aislarlos del firme que hemos elegido para correr. Al elegir un calzado que amortigüe adecuadamente lograremos que casi el total del impacto se quede en la zapatilla y no en nuestro cuerpo, y mucho menos en la zona de la tibia. De este modo no se verá afectada esta parte y mantendremos alejada la periostitis tibial de nuestra vida.
Exceso de entrenamiento
A veces elegir bien no es suficiente tanto en el firme como en el equipamiento, sino que muchas veces es importante saber delimitar hasta donde somos capaces de llegar. No todos tenemos la misma forma física y por lo tanto no todos vamos a ser capaces de aguantar lo mismo a la hora de practicar carrera. Por ello es importante que antes de nada nos conozcamos y sepamos hasta donde somos capaces de llegar, ya que un exceso de tiempo y de intensidad a la hora de practicar carrera puede ser un desencadenante de la periostitis tibial. Por ello es necesario saber hasta dónde podemos llegar sin hacernos daño y jugarnos la salud solo por falta de planificación a la hora de salir a correr.
Otros puntos a tener en cuenta
Además de estos requisitos básicos a la hora de practicar carrera, existen otras variables a tener en cuenta. Una de ellas tiene mucho que ver con nuestra fisionomía, ya que la periostitis tibial tiene mucho que ver en la mayoría de ocasiones con el tipo de pisada que tengamos., Por ello es necesario que la conozcamos y pongamos remedio con el calzado adecuado o con plantillas especiales para llevar a cabo la carrera sin ningún problema. Junto a esto hay que tener en cuenta otros puntos como la falta de descanso muscular en la zona que conseguiremos con masajes y estiramientos, así como tener unos hábitos de vida en los que las piernas están siempre en tensión, como estar mucho tiempo de pie, caminando… En estos casos el descanso será imprescindible a la hora de evitar la periostitis tibial.
Imagen | viajeacanada