El cuidado de los dientes es algo que nos preocupa a todos, ya que mantener una dentadura sana y en perfecto estado es una garantía de bienestar, pues unos dientes que duelen y dan problemas hacen que no solo tengamos una mala estética, sino que además afectarán a nuestra salud global y el estado de ánimo. El desgaste dentario es un problema que nos afecta más de lo que pensamos, y es una de las causas de una dentadura en mal estado. Por ello queremos ver algunos de los motivos por los que se produce ese desgaste.
El desgaste dentario consiste en la pérdida progresiva de las capas de esmalte que recubren los dientes y que los defienden del exterior y de los agentes que pueden hacerles daño. Al perder esta capa los dientes se vuelven más vulnerables a infecciones y problemas que afectarán su salud. Pero el desgaste no solo afectará a los dientes, sino que además afecta a las encías que pierden su tono y su estado habitual.
Desgastes fisiológicos
En primer lugar vamos a destacar los desgastes dentales fisiológicos. Frente a este tipo no podemos hacer casi nada, simplemente acudir a un especialista para poner el remedio a través de cirugía o aparatos correctores, ya que se trata de desgastes originados por una masticación inadecuada. Normalmente se deben a movimientos que realizamos en los que rozamos los dientes unos contra otros, movemos la mandíbula de manera circular desgastando las coronas dentarias…
Abrasión dental
La abrasión por el uso de sustancias dañinas para la boca es otro de los motivos por los que los dientes se desgastarán. Este fenómeno no solo afecta al esmalte, sino que además hace que las encías se retraigan poco a poco, debilitando así los dientes. Dentro de este tipo de sustancias hay que incluir los reflujos gástricos, los ácidos emitidos al vomitar, sobre todo en los bulímicos. Este tipo de sustancias, así como algunos medicamentos debilitan poco a poco la estructura dental, haciendo que perdamos fuerza y vigor en la dentadura. Para evitarlo debemos tener cuidado de las sustancias que consumimos. Siempre debemos saber la composición y si ésta puede dañar a nuestros dientes.
Desgaste por fricción
El desgaste voluntario por fricción es otro factor que debilita nuestros dientes. Este desgaste se produce cuando al cepillarnos los dientes frotamos con mucha fuerza. Las consecuencias de esto suelen se pérdida progresiva del esmalte y sensibilidad dental, así como la retracción de las encías. Para evitar esto es necesario que utilicemos cepillos dentales suaves y no frotemos demasiado al lavarnos los dientes, ya que las consecuencias serán nocivas para nuestra dentadura.
Es importante que sigamos estas recomendaciones y evitemos así un debilitamiento y envejecimiento prematuro de los dientes, ya que de este modo mantendremos una buena salud buco dental y por consiguiente un perfecto estado de salud general.
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