El senderismo es una actividad ideal para cuando llega el buen tiempo, ya que nos permite estar en contacto con la naturaleza mientras realizamos deporte a varios niveles, pues se trata de una buena actividad aeróbica en la que ponemos a trabajar nuestro sistema circulatorio y respiratorio. Junto a esto es un ejercicio fantástico para tonificar los músculos de las piernas a causa de los desniveles y accidentes que debemos sortear en el terreno. Pero a pesar de todo, el senderismo puede suponer un problema para las articulaciones si no tenemos en cuenta algunos consejos.
El senderismo por norma general se realiza por rutas establecidas en medio del bosque. Todas ellas están indicadas con balizas o señales, pero aún así se trata de un terreno irregular con fuertes desniveles y accidentes como rocas, ramas... que dificultan nuestro avance y que pueden suponer todo un problema a la hora de mantener una buena salud en las articulaciones del pie y piernas. Por ello antes de nada es aconsejable acudir a realizar esta actividad con un calzado apropiado que nos sujete muy bien el pie y que no nos permita realizar movimientos bruscos, que son los detonantes de lesiones.
Junto al calzado es esencial un calentamiento previo a la actividad. Durante las horas que dura el senderismo nuestros pies están sometidos a fuerte presión, y por ello debemos ir preparados desde cero para evitar sorpresas y torceduras. Es necesario que tengamos en cuenta la postura adecuada tanto al ascender como al descender, y es que muchas veces podemos colocar los pies incorrectamente y torcérnoslos con facilidad. Para evitar esto es necesario asegurar el pie en una superficie que sea plana y que permanezca estable.
A la hora de descender debido a la inclinación del terreno las rodillas se sobrecargan a causa de la tensión que tienen que soportar. Para evitar esto podemos hacernos con un bastón que nos servirá de apoyo y aguantará parte de esta tensión, evitando que recaiga toda sobre las rodillas. Si además de utilizar esto seguimos notando demasiada sobrecarga que nos produce dolor, lo que podemos hacer es bajar de lado, colocando los pies de forma lateral y no de frente a la pendiente, ya que de este modo la tensión se trasladará a los gemelos.
La alimentación es esencial cuando practiquemos senderismo, ya que a pesar de ser una actividad aeróbica de poca intensidad, la prolongamos durante muchas horas y el desgaste es alto. Por este motivo es necesario que nos hidratemos mediante la constante ingesta de líquidos, y que repongamos sales minerales a través de frutas o echando mano de bebidas isotónicas que incorporan sales minerales. Con esta mineralización lograremos reponer electrolitos y evitaremos los temidos calambres que pueden nublar una actividad beneficiosa y divertida para esta época del año.
Imagen | otanion
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