Culturalmente siempre se asocia la elegancia con los tacones altos en el caso de las mujeres. La mayoría de ellas utilizan tacones para trabajar, caminar, salir de fiesta... Y es que es cierto que dan la sensación de tener la pierna más larga y estilizar la figura, pero son más los perjuicios que causan que los beneficios.
Normalmente las mujeres que utilizan zapatos con tacones muy altos acaban desarrollando un sin fin de trastornos que acaban traduciéndose en dolores, no solamente en los pies, sino en zonas como la columna o las piernas. En los tacones como en todo es importante mantener la justa proporción y no excedernos en su uso o altura, ya que demasiados años maltratando de esta manera a nuestro cuerpo pueden pasar factura.
Normalmente dos son los flancos que inciden directamente en el maltrato de los pies. Por un lado las punteras son demasiado estrechas para aguantar los pies, y por el otro los tacones demasiado altos. Normalmente lo recomendado por los podólogos es utilizar un tacón que no supere los tres centímetros y que sea ancho abarcando todo el talón. Pero la realidad y las modas son otras, pues se usa un tacón mayor y cada vez más estrecho.
Andar con tacones obliga a desplazar el peso del cuerpo hacia adelante, siendo los dedos del pie y el empeine los que soportan todo el peso del cuerpo cargando la tensión en esta zona, lo que lleva a que los pies se hinchen y nos molesten, ya que el peso no se reparte a lo largo de toda la superficie. Esta situación repetida durante años es lo que hace que se generen trastornos en los huesos de los pies como juanetes, dedos de martillo... Estos problemas se derivan de un desplazamiento de los huesos de los dedos hacia fuera debido a la sobrecarga.
Pero la cosa no queda ahí, ya que el uso continuado de tacones en muchas casos hace que las piernas no caminen de forma normal, sino que se tiende a arquear a la altura de las rodillas incidiendo en esta zona y trasladando la presión. Esta fuerza constante en las rodillas puede ser el detonante de un desgaste de esta articulación derivando en una artrosis prematura.
Además, muchas mujeres tienden a arquear la espalda para mantener el equilibrio a la hora de andar con tacones, lo que influye directamente en la postura y en la sobrecarga lumbar y cervical que aumenta. De esta manera los dolores de espalda pueden ser habituales y llegar a causar molestias crónicas en esta parte de nuestro cuerpo.
Sí que es cierto que muchas mujeres aguantan mejor que otras el equilibrio y por lo tanto los daños no son los mismos. Además, el uso de un calzado más cómodo que reparte mejor el peso del cuerpo a pesar de llevar tacón alto es primordial. Aunque desde luego si notamos molestias al usar tacones y los pies se nos hinchan y duelen es mejor no seguir con ellos y usar un calzado más bajo y cómodo para evitar futuros problemas.
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