A partir de un estudio elaborado por miembros de la Universidad de Cincinnati (EE.UU) podríamos deducir que el fútbol no es un deporte recomendable para nuestro cerebro. En el estudio se realizaron resonancias magnéticas a 10 universitarios que practicaban fútbol y se compararon con las resonancias de otros 10 jóvenes que no practicaban este deporte. Los primeros, los que jugaban habitualmente a fútbol, presentaban una reducción de la materia gris, como sabréis esta materia es vital para nuestra memoria y es responsable de nuestros pensamientos.
La reducción se encuentra localizada en el lóbulo temporal anterior, justo el lugar con el que se remata de cabeza una pelota, este hecho plantea otra pregunta, ¿se aumentan los riesgos de sufrir una lesión cerebral con los remates?, ahora sería interesante realizar un estudio que dictaminara la diferencia entre la materia gris de los delanteros y la de los defensas, por lógica, son los delanteros quienes rematan en más ocasiones y deberían presentar una reducción más significativa del susodicho tejido.
El descubrimiento se relaciona ahora con otros estudios que muestran que quienes practican este deporte, tienen más problemas de atención o memorización, estos problemas podrían estar relacionados con esa reducción de tejido cerebral, aunque todavía no se ha constatado exactamente la incidencia sobre los jugadores de fútbol.
En el estudio se tomaron en cuenta las lesiones producidas y salvo dos participantes, el resto no habían sufrido ninguna lesión grave años atrás. El descubrimiento resulta sorprendente y un tanto inexplicable, el hecho de presentar menos materia gris abre nuevas vías de estudio en las que se contemplarán, además, hasta qué grado alcanzan los riesgos de sufrir una lesión cerebral.
Uno de los investigadores plantea una solución que sin duda será algo difícil de aceptar, utilizar cascos de seguridad, esto podría acercar un poco más nuestro fútbol al rugby norteamericano. Lo cierto es que ante la posibilidad de sufrir una lesión cerebral se tendría que aceptar el posible uso del casco en el fútbol, algo que sería sorprendente e impactante, especialmente para los millones de aficionados de todo el mundo.
Esperemos que este estudio no sea para desacreditar uno de los deportes en los que los Estados Unidos tienen una deficiente presencia.
Vía | En Buenas manos Más información | Reuters Más información | Clinical Journal of Sports Medicine