Para los que practicamos deporte el dolor suele estar a la orden del día, y es que las articulaciones son algunas de las partes que se suelen ver afectadas enormemente a la hora de realizar la actividad en cuestión. Una de las más afectadas son las rodillas, un dolor que es más habitual de lo que pensamos y que podemos solucionar siguiendo una serie de consejos.
El dolor de rodillas ha estado siempre asociado a la práctica deportiva. La creencia popular al respecto dice que cuanto más deporte practiquemos mayor es el desgaste de las rodillas. Por este motivo cuando nos duele la rodilla dejamos de hacer ejercicio, algo que no es del todo beneficioso, ya que en la mayoría de los casos el dolor se debe a que no tenemos la suficiente fuerza en los músculos y los tendones que rodean las rodillas.
El dolor de rodilla es uno de los más temidos en los deportistas, pues cuando aparece consigue hacer que retrasemos el desarrollo de los entrenamientos y que en muchos casos no podamos seguir avanzando. Normalmente cuando aparece un dolor de rodilla lo que se recomienda es dejar de hacer deporte y descansar para recuperarnos. Desde luego esto es una de las medidas más acertadas cuando el dolor es agudo, ya que debemos evitar que vaya a más, pero lo importante es prevenir antes de que el dolor aparezca.
Normalmente el dolor de las rodillas se debe a falta de fortaleza en los músculos que las rodean. No debemos olvidar que las rodillas son una de las articulaciones que soporta más presión de nuestro cuerpo junto a los tobillos, ya que ambas están en las piernas que utilizamos a diario en cada movimiento que realizamos, por eso es necesario que mantengamos un correcto tono muscular en esta zona y consigamos unas articulaciones fuertes que sean capaces de aguantar la presión del ejercicio.
Para ello es necesario que nos centremos en las piernas y no las dejemos de lado a la hora de entrenar. Muchas veces se dejan de lado y no las trabajamos, un error que luego se traduce en dolores articulares. Fortalecer los músculos de las piernas nos dará resistencia y solidez a las rodillas que aguantarán mucho más y nos permitirán realizar todo tipo de actividad evitando el dolor.
Para fortalecer las rodillas sin forzarlas y dañarlas debemos entrenarlas de forma suave y progresiva. Para ello podemos comenzar con sentadillas split que nos ayudarán a coger fuerza a la vez que mantenemos flexibles las rodillas y las acostumbramos al esfuerzo. Es necesario que lo realicemos de forma suave y que vayamos aumentando poco a poco la intensidad a medida que ganemos fortaleza.
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