Hoy os quiero relatar la odisea que he pasado en la sanidad vasca (Osakidetza), que seguramente es extrapolable a la sanidad de todas las comunidades de España, para que veáis el porque creo que la sanidad española no cubre a los deportistas.
Seguramente la mayoría de vosotros pensáis que no hace falta pagar un seguro médico, que para eso ya nos quitan bastante para pagar la seguridad social, y que cuando te pase algo ya te lo cubre el sanidad "gratuita" pero la sanidad española no está pensada para el deportista sino para la gente sedentaria o ancianos.
Un caso común de típica lesión
Esto de ser deportista amateur tiene sus pegas, si te lo tomas en serio tarde o temprano vas a sufrir una lesión que te dará algo de guerra, y así me ha sucedido a mi tras muchos años de entrenamiento, cambio de disciplinas y sobre todo demasiada intensidad y entrenamientos lesionado.
Todos sabréis que cuando cumplí 40 quise demostrar que se podía estar en forma a cualquier edad, para lo cual cree una web (EnFormaAlos40.com) y me presenté al concurso de Men's Health en el que finalmente quedé segundo, pero para llegar a un buen estado de forma tuve que entrenar varios meses lesionado del hombro.
La lesión la tuve en el hombro derecho, en el manguito de los rotadores, una tendinitis en el supraespinoso, y tomé la desafortunada decisión de inflitrarme para seguir entrenando. Tenía un seguro médico deportivo que me cubría las consultas, no el tratamiento, así que fui y pedí que me infiltrarán, pagué y listo.
Puede entrenar y participar en el concurso, pero tras el mismo, noté pequeñas molestias en el hombro izquierdo (quizá por el sobreesfuerzo tras infiltrar el derecho), en el que ya fui diagnósticado de un SLAP cuando realicé el ironman (bueno la sanidad pública me decía que sólo era tendinitis, cómo siempre, pero mi médico deportivo, Ignacio Muro, me dijo que era un SLAP tras consultarlo con varios especialistas).
Mi decisión en aquella ocasión fue no operar, de hecho cuando dejé de nadar tanto y volver a la pesas, recuperando músculo en el deltoides, el dolor remitió así que no le di mayor importancia. Pero tras el entreno intenso que había realizado un dolor volvía a mi hombro izquierdo.
Ahora lo hice bien, decidí parar, ya no tenía prisas y ya había hecho mucho el loco, pero tras varios meses de descanso, el dolor seguía, cuando tenía el hombro sin apoyo durante cierto tiempo me empezaba a pinchar, eran como pequeñas oleadas de pinchazos de varios segundos, en ciclos. Vamos un dolor diferente y nuevo.
Volvía a los entrenos para prepararme a la Spartan Race, y lo curioso es que entrenando no me dolía pero cuando no apoyaba el hombro durante un cierto, o en ciertas posturas tumbado el dolor volvía.
Eso sí, acudí a varios especialistas: masajistas, fisioterapeutas, homeópatas e incluso acupuntura, pero cada uno me decía una cosa, cada uno me recomendaba otra cosa diferente al anterior, y aún así el dolor seguía e incluso no me dejaba ya ni dormir. Todo esto lo costeaba yo, mi seguro médico era sólo deportivo y no cubría las pruebas sólo la consulta, así que llegó el momento de tener que hacerme una resonancia magnética para aclarar el asunto, así que ahí es cuando tenía que acudir sí o sí a la sanidad pública.
Odisea en la sanidad
En julio de 2014 empezó mi odisea en la sanidad publica, como sabéis aquí prima el recorte máximo, el no cubrir nada que no sea indispensable, así que debía pasar por varias fases con su respectiva demora, empezando por el médico de cabecera.
El médico de cabecera me recetaba ibuprofeno (de traca) para mitigar el dolor, pero tras insistir me derivó al traumatólogo. El primer problema es que al pedir cita en admisión el traumatólogo de mi cita anterior (2009) no había cerrado el episodio y me daba cita para Marzo (9 meses de espera). Gracias a dios he desarrollado los programas informáticos de Osakidetza y pudimos corregir el problema de una forma fácil, así la demora sólo se dilató 1 mes en el tiempo.
Este me exploró y me hizo una placa. A la semana siguiente vió que no era tema óseo y me cito para una resonancia magnética, la cual se demoraría "sólo" 6 meses, así que en febrero de 2015 ya tenía cita para hacerme la prueba que "nos sacaría de dudas" con respecto a la procedencia del misterioso dolor.
Tras la resonancia me citaron para el traumatólogo de nuevo, "sólo" 3 semanas de espera para que me evaluaran el resultado, el cual ya había visto yo, pues tras sólo dos días estaba disponible en el sistema informático. El traumatólogo se limitó a leer el informe: capsulitis leve, dos geodas, artrosis y tendinitis en el supraespinoso.
Me derivó a una consulta con el rehabilitador, que al ser una primera (es decir la primera vez que vas por un motivo) en vez de una sucesiva sólo te atienden a primera hora, teniendo menos huecos libres, demorándose 7 semanas más.
En la consulta del rehabilitador pase un rato subrealista, me llegó a decir, sin quitarme la camisa, que sí, que se notaba inflamado el hombro, dudé entre si en realidad era rehabilitador o un X-men, increíble. Leyó el informe pero no estaba de acuerdo con él, pues dijo que no era nada, que sólo era tendinitis en el supraespinoso. ¿Y la capsulitis?
Naturalmente discrepé, le comenté que los síntomas y el dolor no era de tendinitis, que ya había pasado muchas y tenía pinta de encajar más con la capsulitis, pero claro él es el que sabe, así que se limitó a quitarle importancia, tratarían la tendinitis sin más, derivándome al hospital de Cruces de donde me llamarían...
Tras 9 semanas de espera, al no tener noticias, llamé a un colega informático que trabaja allí y me comentó (esto hace 3 semanas de ello) que al haber elegido horario de tarde (para no perder horas de curro) me llamarían en septiembre de este año, así que cambié solicité un cambio de horario y ya he comenzado la "rehabilitación".
Una lesión que acaba en lección
Llevo dos semanas en rehabilitación de una lesión de hombro por hacer deporte y me están tratando como si fuera un anciano de 80 años. Un día me ponen 8 minutos de ultrasonidos y otro día 11 minutos de electroterapia con corticoides muy suaves. A esto se remite la rehabilitación, así durante 12 sesiones tras las cuales acudiré a la consulta del X-men.
Ni un minuto de masaje y yendo cada día al hospital para 10 minutos de tratamiento... ¿No podían hacer la dos cosas a la vez? Según el enfermero que me trata sería un tratamiento demasiado "duro". Mencionar que el resto de las personas que están allí, tienen todos más de 70 años, no tienen prisa y no hacen deporte, así que les da igual lo que tarden en curarse; si les mandan 4 meses cada día allí estarán encantados, varían la rutina de su día a día.
Cuando leí el resultado de la resonancia vi claro lo que tenía que hacer: cancelar mi seguro médico deportivo y me contratar uno con cobertura total, tanto para mi como para mi mujer. Esto de la seguridad social no es para deportistas, es una sanidad para jubilados, de hecho pienso que, en muchos casos, no es ni sanidad.
Hay un pequeño problema, los seguros médicos tienen una cadencia de 6 meses, así que hasta el 1 de agosto no puedo acudir y que me realicen ciertas pruebas, como por ejemplo una resonancia, así que mientras tanto voy a ver hasta donde llega esta pantomima de rehabilitación.
No sin mi seguro médico
Yo siempre he sido reacio a tener que pagar un seguro médico completo, ya me quitan suficiente de la seguridad social, pero me he dado cuenta que mi salud no se merece recortes, al menos no desde mi punto de vista.
La mayoría de nosotros paga un dineral por un seguro a todo riesgo para nuestros coches, los tenemos impolutos pero luego no valoramos tanto nuestra salud. La sanidad publica no es lo que debería ser, está saturada con tratamientos que no sirven, tratamientos de larga duración que enquistan el sistema, que hacen que el equipo médico funcionario no se estrese ni se esmere en resolverlo.
Creo que todas las personas que hagan deporte de una forma seria debería tener un seguro médico, incluso si no hace deporte es una opción muy aconsejada. Te das cuenta de estas cosas cuando ves lo mal que funciona el sistema en tus propias carnes, no cuando te lo dicen los demás, pero de verdad, es un gran consejo.
¿Tú que opinas de todo esto?
Imagen | Thinkstock, ServantofAgape y Thinkstock
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