En la práctica deportiva es habitual que se produzcan hemorragias nasales, ya sea por algún traumatismo, en verano a causa del calor o de manera esporádica. Aunque no es algo que revista mucha gravedad, siempre conviene saber qué hacer si nos sangra la nariz.
Lo que tenemos que procurar lo antes posible es detener la hemorragia, y para ello al contrario de lo que antes se hacía, no hay que echar la cabeza hacia atrás, ya que así sólo conseguiremos tragarnos la sangre, sino hacia adelante y siempre por encima del nivel del corazón, presionando con el dedo la parte superior del orificio donde se produzca la hemorragia.
Si tras aplicar esta medida, en cinco minutos el sangrado no para, introduciremos un tapón de algodón o gasa, que no sea ni muy voluminoso ni muy alargado para evitar males mayores. La aplicación de frío también puede ayudar. Si tras 15 minutos retiramos el tapón y sigue la hemorragia tenemos dos opiciones: poner un tapón nuevo si vemos que la hemorragia sigue pero es menor o acudir a un centro médico si tras estas medidas la hemorragia se mantiene de forma notable.
También es recomendable acudiar a nuestro médico si nos sangra con frecuencia la nariz, ya que no es una situación normal y puede indicar que algo en nuestro organismo está fallando.
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