En el deporte la sombra de las lesiones es temida por todos. Nos pueden apartar una buena temporada de hacer nuestras actividades favoritas. Si hay algo peor que una lesión deportiva es una mala recuperación de la lesión deportiva, ya que se convertirá en un círculo vicioso de un quiero y no puedo.
Un esguince mal curado, un músculo mal rehabilitado o una fractura mal tratada pueden mermar la vida de un deportista. Una lesión mal curada siempre vuelve con dolores, incapacidades y demás incordios. Es mejor estar dos meses de baja deportiva que toda la vida con recaídas.
Este es un problema bastante común en el deportista, ya que a la mínima que vemos que estamos bien nos ponemos de nuevo a hacer deporte con la misma intensidad. Gran error, lo primero es hacer caso “siempre” al médico y una vez totalmente rehabilitado hay que comenzar la práctica deportiva de manera leve y en progresión, sólo así volveremos a ser los de antes.
Quién no tiene un amigo que hace años se hizo un esguince, lo curó mal y ahora raro es el día que no se queja porque le duele, le molesta o simplemente no puede hacer ciertos deportes. Paciencia y todo volverá a ser como antes.
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