La contracción muscular prolongada o la tensión constante en los músculos del cuello es lo que se denomina tortícolis, una afección cada vez más frecuente que produce dolor y rigidez, impidiendo que la cabeza se movilice normalmente hacia un lado del cuerpo.
La tortícolis puede ser originada por diferentes causas, aunque una de las más cotidianas es la mala postura al realizar diferentes actividades así como los movimientos bruscos que generan la tensión involuntaria de los músculos del cuello. Por ejemplo, si nos caemos, si dormimos en posición incorrecta o si permanecemos hablando con el móvil mucho tiempo mientras sujetamos el mismo entre el hombro y la oreja, es muy probable el desarrollo de la afección.
Así, se reduce la movilidad, se produce dolor de cabeza y cuello y hasta puede presentarse hinchazón. Por supuesto, si la tortícolis aparece por una causa externa y no es de origen hereditario o congénita, puede mejorarse con la aplicación de calor, con la realización de masajes y con la ejecución de estiramientos del cuello cuando el dolor comienza a disminuir. Si al cabo de un cierto tiempo los síntomas no disminuyen con las medidas terapéuticas antes dichas, es conveniente consultar con un médico.
Por supuesto, la tortícolis puede ser consecuencia de un movimiento brusco accidental, pero igualmente, tener los músculos del cuello relajados, fuertes y prevenir malas posturas en acciones cotidianas son buenas medidas a tener en cuenta para prevenir esta afección cada vez más frecuente y que causa muchas molestias cuando se presenta.
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