Un test sencillo para saber si corremos el riesgo de padecer dolor de espalda

A muchos de nosotros la espalda y los dolores que tienen lugar en ella nos traen de cabeza, y es que la sobrecarga en esta parte del cuerpo puede ser muy elevada y acabar derivando en dolores. En la mayoría de los casos esta sobrecarga se debe a una lordosis o curvatura excesiva de la columna que nos impide tener mucha movilidad y flexibilidad en los flexores de la cadera. Si esto nos sucede lo que ocurre es que gran parte de la tensión se traslada a la espalda en vez de ser las piernas y la cadera las que la soporten. Para saber si los flexores tienen una movilidad limitada lo que haremos será un sencillo test.

Poco a poco y con el paso del tiempo esta falta de movilidad y flexibilidad lo que hará será pasarnos factura, ya que irá acumulando tensión en la espalda pudiendo dañar esta parte del cuerpo y convertir en algo crónico los dolores que en un principio aparecieron como algo que se superaba fácilmente. Por este motivo es importante comprobar que nuestra espalda está protegida si tenemos la flexibilidad necesaria en la zona indicada.

Para realizar este test simplemente nos tenemos que tumbar boca arriba sobre una esterilla. Debemos mantener la espalda recta en cada momento y las piernas y brazos totalmente estirados. De este modo lo que haremos será recoger una pierna de modo que intentemos llevarla al pecho e intentar tocar el hombro con ella. Esta operación debe ser la clave para saber la situación que tienen los flexores de la cadera, ya que para ello es necesario que nos fijemos en la pierna que no estamos utilizando y que se queda libre. Esta tenderá a moverse algo al elevar la otra, por eso es necesario evaluar su situación.

La pierna que se queda libre no la perderemos de vista. Si cuando elevamos la otra a tocar el hombro, la libre se encoje de tal manera que la rodilla queda por encima de la cadera. En este caso es necesario que nos preocupemos por nuestra espalda, ya que los flexores de la cadera no tienen apenas flexibilidad. En este caso, y si la rodilla no se queda por debajo de la línea de la cadera, es necesario que comencemos a trabajar más la flexibilidad y sobre todo la parte de la cadera y el psoas, pues es necesario que adquiramos una cierta agilidad en esta parte para aliviar a la espalda de innecesarias sobrecargan que lo único que harán ponerla en peligro poco a poco.

Vía | Sportlife

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