Por suerte, los tiempos cambian y la mejor prescripción contra varias enfermedades ha pasado del reposo a justo lo contrario: La actividad física.
En la actualidad, los especialistas en esta patología recomiendan una serie de ejercicios o movimientos, así como consideran otros potencialmente muy peligrosos. Aúnque con la explicación se le encuentra una gran lógica, más de uno a simple vista os sorprenderá. Vamos a repasarlos brevemente:
<li><strong>Evitar los movimientos bruscos</strong>: En este caso, movimientos de sprints, pliometría u otros excesivamente enérgicos quedarán prohibidos.</li>
<li><strong>No realizar hiperflexiones de columna y evitar la sobrecarga del raquis</strong>. Además, se recomienda encarecidamente trabajar los erectores del torso.</li>
<li><strong>Reeducación postural</strong>: Importantísima para no tener problemas de espalda, ya de por sí bastante tocada por la propia osteoporosis</li>
<li><strong>Movimientos de extensión y estiramento del raquis</strong>: No balísticos, favorecen la movilidad articular de la columna y evitan el aumento de la hipercifosis, tan característica de esta patología.</li>
<li><strong>Marcha y carrera ligera</strong>: Recomendado según el estado físico y de salud del paciente, incluso la carrera (aúnque pueda sorprender a simple vista). Los pequeños impactos realizados por el golpeo del pie con el piso estimulan la calcificación muscular.</li>
<li><strong>Trabajo muscular y funcional en sala</strong>: También puede sorprender decir que el mejor entrenamiento para una persona que sufra osteoporosis es el de la musculación, pero bien controlado y regulado puede dar grandes resultados. Además, la inclusión de entrenamiento funcional mejorará la postura, respiración, étc.</li>
Vía | Tratamiento rehabilitador de la osteoporosis. Archivo formato PDF, necesario Acrobat Reader o equivalente para visionarlo.