Dado que anteriores posts de Vitónica han sacado a debate el tema del entrenamiento para rendimiento y entrenamiento en pro de la salud, vamos a hacer un pequeño post comentando las diferencias claras entre ambos y, sobre todo, cuál es la tendencia del segundo.
En los principios de la actividad física amateur (para todos los públicos), los entrenamientos y preparaciones se creaban a partir de los mismos realizados para atletas de alta competición, adaptándolos al físico de cada uno y basándose en los estudios científicos y deportivos realizados sobre los atletas.
Con el paso de los años, ha quedado muy claro que la preparación física orientada a la competición tiene su fundamento en la búsqueda del rendimiento máximo de resultados, sin importar en exceso los efectos secundarios que a largo plazo puede producir en el deportista (a nivel de articulaciones, espalda, problemas musculares, étc.). Basta poner como ejemplo las salvajadas que quién más o menos habrá visto en entrenamientos de alta competición en gimnasia deportiva, ciclismo o las duras y excesivas dietas culturistas de competición.
Actualmente, ya existen estudios y un gran número de profesionales dedicados a lo que se ha nombrado como "medicina preventiva", orientada a la realización de sesiones cardiovasculares, musculares o de entrenamiento de la flexibilidad con un objetivo radicalmente distinto al anterior: Mejorar la calidad de vida de los clientes.
Es así como se ha conseguido que entren en el gimnasio poblaciones que hasta hace relativamente poco tenían casi prohibida la entrada en el mismo (embarazadas, tercera edad, étc.) y, seguramente, es la tendencia al alza en los próximos años.
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