Tenemos muchas opciones para variar las clásicas flexiones de brazos, pero hoy te proponemos al realizar flexiones, variar el apoyo de las manos con la finalidad de trabajar a diferente intensidad o de localizar el trabajo en músculos distintos y progresar con la ejecución de este ejercicio tan efectivo.
Variación en la separación de las manos
En las clásicas flexiones de brazos las manos deben apoyarse separadas del ancho de los hombros, sin embargo, si separamos más los brazos del tronco y las manos se separan poco más allá del ancho de los hombros, podemos incidir más en la musculatura del hombro, concretamente localizaremos el trabajo en el deltoides anterior así como en el pectoral.
Mientras que si acercamos las manos y pegamos los codos al tronco al realizar flexiones, con una separación más estrecha localizamos el trabajo en el tríceps y en la musculatura dorsal.
Variación en el punto de apoyo de las manos
Si las manos las apoyamos en un punto más elevado que los pies, es decir, sobre un banco por ejemplo, las flexiones serán más fáciles de ejecutar y reduciremos la intensidad del ejercicio, mientras que si el punto de apoyo está declinado, es decir, las manos se apoyan en el suelo y los pies se elevan, las flexiones serán más intensas.
Asimismo, de ésta última manera incidiremos más en el haz clavicular del pectoral mientras que con el punto de apoyo de las manos elevado trabajamos más la porción inferior del pectoral mayor.
De igual manera, podemos agregar inestabilidad y con ésta intensidad si apoyamos las manos sobre una superficie inestable como un fitball o sobre balones medicinales.
También podemos elevar una mano y la otra no, apoyando por ejemplo, una mano sobre step y la otra en el suelo, en este caso, estaremos realizando flexiones asimétricas.
Variación en la forma en que apoyamos las manos
Normalmente apoyamos las manos por completo sobre el suelo al realizar flexiones, es decir, toda la palma de la mano apoya en el suelo, sin embargo, si queremos trabajar más los antebrazos y la musculatura de la mano y proteger la articulación de la muñeca, podemos apoyar las manos en forma de puño, para evitar la hiperflexión de la muñeca.
También podemos apoyar las manos formando un diamante con las mismas, es decir, juntando en el suelo los dedos mayores y pulgares en el medio bajo el tronco; con esta variación trabajaremos más el tríceps y los hombros que el pectoral.
Con sólo implementar algunos de los cambios antes dichos para variar el apoyo de las manos, podemos modificar la ejecución de este ejercicio tan popular y así, progresar o desafiar al cuerpo cuando realizamos flexiones.
Imagen | The Halfwitboy y Wikimedia