En infinidad de ocasiones hemos hablado de la ayuda que nos puede prestar un compañero de entrenamiento a la hora de evolucionar y de realizar mucho mejor los ejercicios que componen una rutina. Es cierto que su existencia nos facilitará mucho las cosas en la mayoría de casos, pero también puede restar efectividad a los entrenamientos. Por ello en esta ocasión nos queremos detener en algunos puntos a tener en cuanta sobre cómo nos debe ayudar el compañero de entrenamiento.
El compañero de entrenamiento no debe hacer las rutinas por nosotros, si no que simplemente nos ayudará si no podemos apurar al máximo o si simplemente ponemos en riesgo la buena ejecución del movimiento. En ningún caso el compañero debe asumir el peso de la carga ni la ejecución completa del ejercicio, pues simplemente es un apoyo, y por ello es necesario saber hasta dónde y cómo debe proceder.
Importancia a la hora de comenzar el ejercicio y colocarnos
Siempre el apoyo de un compañero de entrenamiento es bueno, pues esta persona nos ayudará a supervisar que todo el movimiento se realice de manera correcta, además de motivarnos. Pero hay momentos como la colocación y el inicio de un ejercicio en los que la ayuda del compañero es esencial, pues muchas veces perdemos parte de la fuerza en este momento e incluso corremos el riesgo de hacernos daño. Por ello el compañero nos ayudará en el punto de partida para después dejarnos a nosotros solos hace el resto.
La carga no la levanta él
A la hora de ayudarnos a afrontar mejor la carga es necesario que el compañero nunca lo haga desde el principio del ejercicio. Si así sucede es que estamos usando demasiada carga. Lo bueno es que con su ayuda podamos apurar más y realizar algunas repeticiones más, pero siempre la intención de trabajar con un compañero de entrenamiento es esta, nunca que sea él quien aguante la tensión máxima de todo el ejercicio.
Nosotros no debemos perder el control del ejercicio
Cuando nos ayude, nunca debe ser él quien tenga el control del ejercicio. Debemos ser nosotros, y él, como decíamos anteriormente, simplemente es un apoyo que estará a nuestro lado por seguridad. Por eso debemos ser capaces de realizar por nuestra cuenta el ejercicio sin necesidad de su ayuda. Simplemente Con él nos lanzaremos a apurar al máximo en cada ejercicio, pero siempre siendo conscientes de que somos nosotros los que debemos progresar y estar a la altura de la carga y del ejercicio.
Siempre debe agarrar la carga y no a nosotros
El compañero de entrenamiento siempre es mejor que agarre la carga a la hora de ayudarnos para restarle resistencia. No es demasiado aconsejable que nos agarre a nosotros, ya que de este modo puede limitar nuestros movimiento forzándolos y haciendo que corramos el riesgo de lesionarnos. De este modo su ayuda será muy positiva a la hora de ejecutar un determinado ejercicio de la manera más segura posible. Eso sí, siempre debemos saber en qué momento y con qué intensidad nos está ayudando, pues si la ayuda es exagerada, lo mejor es bajar algo la carga e intentar que seamos nosotros quienes realicemos el movimiento completo.
Imagen | Okie dokie Renata
Ver todos los comentarios en https://www.vitonica.com
VER 0 Comentario