Ir al gimnasio sólo es un poco aburrido, por eso siempre es aconsejable tener un compañero de gimnasio, que nos ayude, nos motive y con el que pasemos un buen rato haciando nuestros ejercicios. Pero ser un buen compañero de gimnasio no es fácil, hay que cumplir cinco puntos fundamentales:
Motivar pero no entretener: una cosa es darle charla al compañero para que los entrenamientos sean amenos y otra muy distinta no parar de hablar alargando en exceso los tiempos de descanso, que hacen que al final apenas se entrene.
Nunca dejar sólo al compañero haciendo un ejercicio con pesas: siempre decimos que nunca nos va a pasar, pero distraernos unos segundos mientras nuestro compañero está haciendo algún ejercicio con pesas puede hacer que se lesione por no poder levantar el peso o por algún error que no le estemos corrigiendo.
Saber dónde están los límites: no hay nada peor que un compañero que te diga: "eso no es nada para ti, métele más peso que seguro que puedes". Un compañero demasiado machaca es lo mismo que tener al sobreentrenamiento revoloteando por tu cabeza.
No hacer esperar al compañero: cuando le colocamos las pesas, al cogerlas al final del ejercicio, al cambiar de máquina, al turnarnos en algún ejercicios...las esperas siempre son molestas.
Ayudarle a mejorar su rutina: hay veces que nuestro compañero siempre hace los mismos ejercicios o rutina. Tenemos que animarle a probar nuevos ejercicios o actividades para que avance. Pesas, máquinas aeróbicas, clases colectivas...hay muchas posibilidades como para quedarse estancado siempre en lo mismo.
Si tenéis algún consejo más para ser un buen compañero de gimnasio no dudes en ponerlo en los comentarios.
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