Muchas veces hemos escuchado que las personas más altas tienen más dificultades a la hora de ganar músculo que las más bajas. Realmente esta afirmación carece de sentido, ya que las posibilidades son las mismas, la única diferencia está en el tipo de entrenamiento a realizar.
Hay que tener en cuenta que la genética es muy importante a la hora de conseguir unos músculos bien desarrollados. La estatura es uno de estos puntos que va a determinar el tipo de desarrollo muscular que vamos a tener. Los músculos de las personas altas suelen ser más alargados y contener más fibras que los de las personas más bajas, que están más concentrados. Esto es lo que hace que tengamos que prestar atención a la forma de entrenar en cada caso.
Cuanta más concentración de fibras hay en un músculo más intensidad le tenemos que aplicar. Esto es algo que nos sucede a todos, ya que a medida que vamos adquiriendo volumen y los músculos se desarrollan tenemos que aplicar nuevas formas de entrenamiento o mayores cargas para conseguir una mayor estimulación de todas las fibras. Algo parecido sucede en las personas que tienen unos músculos mayores por naturaleza.
Los músculos más grandes tienen más facilidad para hacer frente a las cargas, por lo que la intensidad tiene que ser mayor para que el efecto sea el mismo que el que experimentan personas que tienen una concentración muscular menor. Un ejemplo que ilustra bien esto es lo que nos sucede cuando comenzamos a practicar deporte. Los primeros meses los resultados son sorprendentes, ya que pasamos de unos músculos sin apenas densidad y con poca fibra, a estimularlos para que crezcan.
A nada que hagamos un esfuerzo por encima de lo habitual se desarrollan, ya que los estamos estimulando. Pero el problema estriba en que cuando ya tenemos una masa muscular considerable tenemos que seguir estimulándola para aumentarla. Esto es lo que sucede un poco con las personas que tienen unos músculos mayores y con más fibras. No es que se desarrollen menos, sino que la intensidad debe ser mayor, por lo que a veces les cuesta más conseguir unos músculos más fuertes y tonificados.
Existen diferentes formas de incrementar la intensidad, una de ellas, y la más utilizada es aumentar las cargas, pero no es la única, ya que variar las rutinas de entrenamiento cada cierto tiempo para incidir de una u otra manera en las fibras musculares es importante. Desde luego que adaptar los ejercicios a cada individuo y a las características del mismo es lo importante, pues no existen rutinas generales que puedan ser aplicadas a todos por igual, pues cada uno de nosotros tiene un tipo de musculatura.
A partir de ahora cuando asistamos al gimnasio a entrenar debemos tener en cuenta el tipo de fibras musculares que tenemos. El tamaño muscular es importante, ya que a mayor concentración de fibras más intensidad a la hora de entrenarlas para obtener de esta manera mejores resultados. Por eso no debemos pasar por alto este punto ya que es importante saber desde donde debemos comenzar a entrenar nuestros músculos.
Imagen | SXC
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