Al igual que sucede con el entrenamiento tradicional, en las rutinas de abdominales existen diferentes grados de intensidad que normalmente se asocian con el nivel y la fuerza que cada persona tenga a la hora de llevar a cabo los distintos ejercicios. Pero esta variable no es la única que debemos tener en cuenta a la hora de trabajar el abdomen, sino que la edad es fundamental para saber qué abdominales se adaptan más a nuestra condición física.
El cuerpo humano no responde de la misma manera a lo largo de las distintas etapas de la vida. Es cierto que las personas acostumbradas al ejercicio físico suelen frenar el paso del tiempo con más facilidad, pero aún así la destreza y la agilidad a la hora de entrenarse no es la misma. Esto mismo sucede con los abdominales, ya que a lo largo de las diferentes edades el entrenamiento va variando enormemente. Esto se debe a que nuestro cuerpo sufre una serie de cambios con el paso del tiempo, por ello es importante que sepamos las formas de entrenar aptas para cada época de la vida.
La adolescencia es una buena época para comenzar a entrenar los abdominales. Debemos saber que en este momento el cuerpo se está desarrollando, por lo que el ejercicio no debe ser demasiado intenso, sino que simplemente tenemos que prestar atención a trabajar son sencillos ejercicios encaminados a mantener el abdomen libre de grasa. Entre los veinte y veinticinco años la fortaleza física ha alcanzado su mayor apogeo, por lo que es importante que entrenemos con más intensidad que a lo largo de la adolescencia, ya que el abdomen es un punto importante de fuerza del organismo y necesitamos que esté en plena forma.
Con el paso del tiempo normalmente el abdomen es una zona controvertida, ya que es donde se tiende a acumular mayor cantidad de grasa. Este proceso comienza a acentuarse a partir de los treinta años, por lo que el entrenamiento abdominal habitual debe combinarse con ejercicios aeróbicos que nos ayuden a eliminar la acumulación de grasa en esta zona. La intensidad del ejercicio pasará de ser fuerte a realizar ejercicios abdominales mucho más rápidos y series mayores encaminadas a una mayor quema de calorías en la zona.
En las edades más adultas el entrenamiento abdominal debe ser mucho más relajado, ya que muchas partes del cuerpo pueden resentirse. Para evitarlo hay que concentrar al máximo el empuje que se hará en la zona a trabajar para evitar de esta forma que entren en escena otras zonas que pueden verse afectadas. No hay que olvidar que la dieta y el ejercicio aeróbico es fundamental para mantener unos buenos abdominales a cualquier edad.
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