Entrenar, levantar peso, correr, saltar, caminar… Todas estas acciones son fundamentales para mantenernos en forma y conseguir un cuerpo en perfectas condiciones. Pero no somos máquinas, y por ello nuestros músculos tienen un tope y pueden llegar a unas cotas de esfuerzo. Por este motivo el descanso es una parte fundamental del ejercicio. En anteriores veces hemos visto que es necesario, y por ello en esta ocasión nos vamos a detener en las diferentes maneras de descansar para mejorar los resultados del ejercicio.
El descanso es fundamental si queremos que nuestros músculos se repongan del ejercicio realizado. Mientras descansamos los músculos generan nuevas fibras y crecen, sobre todo en los momentos de sueño, ya que en estas horas es cuando se libera la conocida como hormona del crecimiento. Es cierto que el descanso es esencial para aumentar el volumen muscular, y por ello queremos ver diferentes tipos de descanso para saber en qué nos ayudará uno u otro.
El sueño nocturno es el descanso más beneficioso para todo deportista, ya que en este momento es cuando el organismo está totalmente relajado. Este relax aparente no es tal, ya que internamente la actividad es elevada en esas horas. Precisamente en la noche es cuando el cuerpo se regenera para reparar los excesos del día. Esto es lo que sucede con los músculos, ya que por la noche nuestro organismo se centrará en reponer las fibras y adaptarlas al esfuerzo realizado durante la jornada. Es necesario dormir de siete a ocho horas para que este proceso sea efectivo y obtengamos los resultados buscados.
Descansar durante el entrenamiento es importante, tanto a la hora de ejecutar los ejercicios, ya que es importante que entre series dejemos a los músculos que se repongan para poder rendir al máximo a lo largo de toda la sesión de entrenamiento. Pero no solo mientras estamos entrenando debemos hacer esto, sino que además en la misma semana no es recomendable trabajar los mismos grupos musculares durante varios días, ya que es necesario que se repongan los ya tocados y así evitar la sobrecarga muscular que puede ser contraproducente para nuestro desarrollo.
Otra modalidad de descanso que debemos tener en cuenta es dejar de entrenar durante una semana cada dos o tres meses de entrenamiento. Estos periodos nos servirán no sólo para lograr una recuperación mayor de los músculos, sino además para conseguir romper con la rutina de entrenamiento e incidir mucho más en los músculos al regresar de nuevo a los entrenamientos. Para muchos esto no es una buena medida, pero una semana sin entrenar no representa nada para nuestro cuerpo a efectos de fuerza, pero sí es muy útil a la hora de reponernos de la rutina habitual.
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