El problema de las piernas al hacer abdominales

Todos los amantes del deporte hemos realizado por lo menos alguna vez en nuestra vida abdominales. Son una parte fundamental de las rutinas de entrenamiento, ya que sirven para tonificar una zona importante del cuerpo en lo que a fortaleza se refiere. Pero en la mayoría de las ocasiones solemos quejarnos de las piernas y de lo difícil que se hace en muchas rutinas aguantarlas mientras estamos realizando los diferentes ejercicios que conforman la tabla.

A lo largo de los años muchas son las quejas que hemos escuchado sobre lo pesadas que resultan las piernas a la hora de hacer abdominales, tanto que normalmente desviamos parte de la tensión a esta zona que hace que no realicemos correctamente el ejercicio. Las piernas podrían considerarse como un estorbo en muchos casos en los que los abdominales no tienen una fuerza suficiente para aguantar la presión del ejercicio y la postura que vamos a llevar a cabo.

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Es importante que cuando realicemos abdominales ninguna parte del cuerpo nos desvíe del cometido de trabajar esta zona, y por ello las piernas no deben ser un inconveniente. Normalmente las personas que tienen una fuerza considerable en el abdomen y un control del cuerpo suelen aguantar las piernas levantadas sin ningún problema, pero las que no tienen una forma física adecuada sienten las piernas como un peso muerto que lo único que hace es estorbar.

Para evitar que las piernas incomoden mientras hacemos abdominales es aconsejable que elijamos ejercicios en los que las mantengamos apoyadas en alguna parte. Si realizamos rutinas en suelo podemos apoyarlas totalmente éste y así evitar mantenerlas en alto, de modo que solo nos concentremos en la parte abdominal. Elevar las piernas nos dará más intensidad al ejercicio, por ello este tipo de rutinas está más recomendado para las personas que tienen un cierto nivel abdominal. Si nosotros nos encontramos en un periodo intermedio es mejor avanzar poco a poco y elevar las piernas cuando estemos preparados, ya que de lo contrario podemos llegar a hacernos mucho daño en la espalda al adoptar posturas forzadas.

Imagen | atroszko

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