Constantemente estamos dando consejos y ofreciendo nuevos ejercicios para trabajar los abdominales, pero a la hora de entrenar esta parte del cuerpo como cualquier otra es importante que tengamos en cuenta hasta donde podemos llegar.
En muchas ocasiones hemos comentado la importancia de realizar una evaluación previa si nos vamos a lanzar a practicar deporte. En el caso de los abdominales no debe ser menos, y es que saber nuestro grado de fuerza nos ayudará mucho a la hora de elegir una u otra rutina de entrenamiento y unos ejercicios u otros. Por este motivo vamos a proponer la realización de un sencillo test para medir la fuerza abdominal.
Saber hasta donde podemos llegar nos ayudará a la hora de determinar una u otra rutina de entrenamiento abdominal. No todos los ejercicios están pensados para todas las personas, ya que algunos de ellos son más intensos y por lo tanto deben realizarse por gente que tiene más desarrollada la aparte abdominal. Hacer ejercicios de nivel avanzado lo único que nos puede deparar es trabajar mal la parte abdominal, no avanzar en los entrenamientos y llegar hasta lesionarnos.
La prueba para evaluar los abdominales es muy sencilla, cualquier persona la puede realizar y ver el grado que tiene de fuerza. Simplemente tenemos que tumbarnos boca arriba con los pies apoyados en una pared de forma que queden a 90 grados del cuerpo. En esta posición, y alargando los brazos hacia delante, tocando la pared, intentaremos levantar los brazos tocando la pared lo máximo que podamos. Es importante que marquemos hasta donde llegamos para tenerlo en cuenta de cara a la evaluación.
Seguramente que muchos de nosotros no somos capaces de elevar las manos por encima de las rodillas, los hombros no los despegamos del suelo, no se acerca el esternón al pubis… En este caso nuestra fuerza abdominal es baja, por lo que la intensidad de los ejercicios que vamos a realizar tiene que ser inferior. Simplemente tenemos que centrarnos en ganar fuerza en esta parte, pues poco a poco la conseguiremos con trabajo y paciencia.
Si por el contrario logramos despegar los hombros del suelo y juntar el esternón con el pubis, pero no mantenemos el equilibrio, y conseguimos superar las rodillas al elevar las manos, tendremos una fuerza abdominal media. En este caso la intensidad de los ejercicios debe ser mayor, y ya podemos intentar realizar rutinas de entrenamiento más complejas, siempre enfocadas a aumentar la fuerza muscular.
Por último tendremos una fuerza abdominal alta si logramos despegar toda la parte de los hombros, apoyar las manos por encima de las rodillas, y apoyados en la zona lumbar, logramos mantener esta postura durante unos segundos. Para las personas que logren hacer esto el entrenamiento abdominal debe ser el más avanzado de todos. Podemos realizar ejercicios complejos sin morir en el intento.
Desde luego que la genética tiene un papel importante en la fuerza abdominal igual que en el resto del cuerpo, pero también el tesón y un entrenamiento adecuado son la base de un buen desarrollo abdominal.
Vía | Pulevasalud
Imagen | SXC
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