Una de las grandes preocupaciones de la mayoría de los que acudimos al gimnasio a aumentar nuestra masa muscular es acabar con la indeseada barriga y conseguir unos abdominales marcados, libres de grasa. Para conseguirlo mucha gente utiliza fajas de goma con el fin de potenciar la quema de grasas.
Esta práctica, muy extendida en la mayoría de los centros deportivos, tiene una dudosa efectividad, y es que usar una faja para conseguir un abdomen perfecto es un error, pues su tarea es otra, y no quemar grasa. Esta acción es un mito que desde Vitónica vamos a desmentir, ya que la función de la faja de goma es dar calor, evitar la transpiración y ser una sujeción de esta parte del cuerpo, pero en ningún caso es un quema grasa.
La forma más efectiva para conseguir un abdomen marcado es el ejercicio y la dieta. Son los dos pilares fundamentales en los que se sustenta un vientre plano. Ambos deben ir unidos, pues el ejercicio nos ayudará a tonificar los músculos y acabar con los depósitos de grasa de esta parte, mientras que una dieta sana potenciará unas buenas fibras musculares sin grasa.
Conseguir un abdomen bien definido no es tarea fácil, y requiere su tiempo. Como siempre, la constancia es la regla principal para lograrlo. Utilizar fajas de goma para acelerar este proceso es totalmente erróneo, y es que el funcionamiento de éstas nada tiene que ver con la quema de grasas, sino que su función es otra. Son muchos los que las utilizan con la esperanza de que acelere la quema de grasas, pero nada más lejos de la realidad.
Las fajas de goma lo que hacen es aumentar la temperatura de la zona en la que las colocamos. La mayoría de ellas evitan la transpiración y hacen que la acumulación calórica sea mayor. Esto crea un efecto sauna en la barriga que hace que sudemos más. Pero en contra de lo que mucha gente cree, este sudor no es grasa que se elimina por los poros, sino que se trata de líquido.
Al utilizar una faja de goma aumentamos la eliminación de líquidos, que lo único que nos reportará será expulsar toxinas y mejorar el aspecto general de la piel. El líquido perdido se vuelve a reponer al poco tiempo de terminar el entrenamiento. En ningún caso lo que eliminamos es grasa.
Algo que tenemos que tener en cuenta es que el uso de este tipo de fajas en actividades de gran esfuerzo puede ser perjudicial y contraproducente, ya que el sudor es la forma que el cuerpo tiene de eliminar el calor generado a lo largo del entrenamiento. Si ponemos algo que evita expulsar el calor y aumenta la temperatura del cuerpo, el corazón se verá obligado a latir más deprisa, no estabilizaremos la temperatura y acabaremos fatigándonos antes y rindiendo menos.
Por esto es importante seguir una disciplina en lo que a entrenamiento y alimentación se refiere, en ningún caso tenemos que fiarnos de fórmulas milagrosas que nos prometen quemar grasas sin esfuerzo.
Imagen | SXC
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