Las dominadas, un ejercicio fundamental para una espalda fuerte

Parece que en el gimnasio existen ejercicios malditos que muchos de nosotros destierra de su rutina para siempre. Normalmente éstos suelen ser los más beneficiosos para nuestros músculos, pero debido a su dificultad los dejamos de lado. Este es el caso de las dominadas, que o las amas o las detestas.

Muy pocas personas saben la importancia y la eficacia que este ejercicio tiene, y es que en la mayoría de los casos simplemente lo vemos como algo complejo que nos cuesta hacer. Es cierto que muchas personas solamente pueden realizar un par de dominadas correctamente, pero poco a poco y a fuerza de practicar este número irá en aumento, y es que la forma de trabajar que tiene este ejercicio es muy beneficiosa para la musculatura.

En las dominadas lo que tenemos que conseguir es elevar nuestro cuerpo en su totalidad ayudados únicamente de los músculos de la espalda, y en menor medida de los del brazo. En estos ejercicios el cuerpo actúa a modo de peso muerto que es lo que vamos a elevar. Para nada podemos ayudarnos con otros músculos que no sean los de la espalda, por lo que la intensidad del ejercicio es muy elevada, lo que hace que en muchos casos apenas se puedan realizar demasiadas repeticiones pues enseguida la masa muscular llega a su máximo de resistencia.

A pesar de no llegar al objetivo de realizar 10 repeticiones por cada serie, no debemos abandonar la práctica de las dominadas. Como hemos comentado siempre en Vitónica, el trabajo corporal requiere de tesón y constancia, y las dominadas son un claro ejemplo de esto. Poco a poco iremos ganando fuerza en los músculos de la espalda y lograremos realizarlas a la perfección y en su totalidad.

Pero no solamente las dominadas son un ejercicio completo para la espalda, sino que también en su ejecución entran en juego otras partes del cuerpo como por ejemplo los brazos, en los que trabajamos los bíceps y en menor medida el deltoides, así como la contracción abdominal. Con la realización de este ejercicio conseguiremos además de una espalda fuerte, unos bíceps más definidos y tonificados.

El entrenamiento con dominadas conseguirá que desarrollemos unas fibras musculares más compactas y fuertes, libres de grasa y capaces de responder en cualquier situación. Pero el trabajo y la intensidad pueden variar dependiendo del tipo de ejercicio de dominadas que realicemos. Existen diferentes variantes como las dominadas con agarre abierto que incidirán más en el dorsal ancho, y las de agarre cerrado que incidirán en la parte central de la espalda.

La manera de asirnos a los agarres es importante, pues dependiendo de la posición de las manos complicamos más o menos el ejercicio, lo mismo que si hacemos las dominadas por la espalda o por delante contra el pecho. Aunque en cada caso lo principal es que nos sintamos cómodos con el ejercicio y nos adaptemos a su ejecución para poco a poco aumentar la intensidad y el número de repeticiones.

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