Seguro que a más de uno os suena un músculo llamado psoas. En infinidad de ocasiones lo estamos nombrando en Vitónica cuando planteamos rutinas de entrenamiento abdominal, y es que siempre estamos haciendo hincapié en la importancia de no forzar a este músculo ni hacer que intervenga demasiado en los ejercicios específicos para la parte abdominal. Pero en esta ocasión nos queremos detener en él, su funcionalidad y cómo trabajarlo.
El psoas es un músculo que se encuentra en la parte baja del tronco. Se podría decir que pone en comunicación la parte superior y la inferior del cuerpo, ya que se encuentra ubicado en la zona media del cuerpo, pues parte de él está en la cavidad abdominal y otra parte en la zona anterior del muslo. Es por esto por lo que se trata de un músculo complejo, ya que se comunica con dos partes diferentes del cuerpo que realizan movimientos diferentes.
El psoas se encuentra exactamente ubicado en una zona con una gran movilidad, por lo que es fácil que lo utilicemos habitualmente en los ejercicios de abdominales u otros en los que no queremos que se vea involucrado. Concretamente este músculo tiene una función de flexor, abductor y rotatorio del muslo, además de ser también flexor y rotatorio del tronco. Estas cualidades hacen del psoas un músculo muy importante que debemos fortalecer, y para ello queremos proponer un ejercicio adecuado.
Un ejercicio para fortalecer el psoas
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Para fortalecer el psoas lo que vamos a hacer es ejercitar esta parte con un sencillo ejercicio en el que la pierna y su movimiento será la forma de trabajar esta parte. Es cierto que con el ejercicio que vamos a proponer vamos a tocar también los cuádriceps, pero es una de las mejores maneras de conseguir un psoas en perfecto estado sin correr el riesgo de hacernos daño al realizar movimientos bruscos en los que se involucre éste.
Para realizar este ejercicio mediante el que fortaleceremos el psoas necesitamos una goma que ataremos al tobillo y el extremo que queda libre lo amarraremos a una pared. De este modo nos colocaremos de espaldas a la pared, haciendo que la goma quede por detrás nuestro. El cuerpo lo debemos colocar de manera recta con las piernas ligeramente separadas, la vista al frente y las manos apoyadas en la cintura a cada lado del tronco.
En esta postura, y centrándonos en la pierna en la que tenemos la goma atada lo que haremos será moverla hacia arriba y adelante, es decir, la elevaremos manteniendo la rodilla doblada y la ante pierna vertical, como si estuviésemos subiendo escaleras, solo que en esta ocasión lo que haremos será elevar totalmente la pierna hasta quedar con la rodilla a la altura de las caderas. Este movimiento lo realizaremos unas diez veces con cada pierna para incidir directamente en el psoas.
Imagen | robswatski
Video | Youtube/ sistemafont