Sentadillas en silla romana para trabajar las piernas

El trabajo de las piernas es una de las partes de la rutina que más nos trae de cabeza, y es que es necesario concentrar bastante la presión en los músculos y someterlos a unas sesiones de entrenamiento intensivas para obtener buenos resultados.

La elección de las máquinas y los ejercicios a utilizar es importante. Lo principal es concentrar mucho el ejercicio en la parte trabajada, evitando el apoyo por parte de otras zonas del cuerpo. Entre la infinidad de ejercicios y máquinas disponibles para trabajar las piernas, existe una especial y compleja tanto por su forma como por la manera en la que vamos a llevar a cabo en ejercicio. Se trata de la silla romana.

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Este aparato normalmente no está muy utilizado en los gimnasios, pero es un imprescindible en muchas rutinas de trabajo del tren inferior, ya que nos permite incidir de forma diferente en los músculos que vamos a trabajar. La silla romana nos da la posibilidad de realizar ejercicios de sentadillas enfocados a trabajar la zona del cuadriceps y de las caderas, además de los glúteos.

La forma de hacer la sentadilla en silla romana dista bastante de la manera tradicional, ya que la postura varía enormemente, pues los pies los colocamos casi pegados y permanecen anclados al suelo. Sí que es cierto que no es un ejercicio en el que se trabaja toda la pierna en totalidad como en la sentadilla clásica, sino que el empuje se centra en la parte superior de las piernas, pues es con la que nos vamos a propulsar.

La incidencia de este ejercicio en los glúteos es importante, siendo una buena forma de tonificarlos. Pero no es para nada un ejercicio sencillo, ya que tiene ciertas complejidades que tenemos que tener claras para realizarlo de la forma adecuada y evitar posibles lesiones.

Es fundamental mantener el equilibrio, ya que solamente estamos anclados por los tobillos. El resto del cuerpo será el encargado de realizar el ejercicio, pues debemos mantener la columna recta y desplazarnos hacia atrás como si nos fuésemos a sentar, siendo las piernas el medio de propulsarnos para levantarnos y bajar hacia atrás. Por este motivo es importante una correcta ejecución.

Dentro de los principales fallos que cometemos al realizar este ejercicio es la mala colocación de la espalda en su desarrollo. Siempre la tenemos que mantener recta. No hay que inclinarla ni hacia delante ni hacia atrás, pues cargaremos toda la presión en la zona lumbar y la sobrecargaremos hasta el punto de poder lesionarnos. Para realizar el ejercicio correctamente nos concentraremos en los cuadriceps y los glúteos que son los que nos propulsarán.

Un consejo a seguir es dejarnos caer hacia atrás. Es cierto que al principio cuesta pues pensamos que realmente nos caeremos al suelo, pero esto no es así, pues la silla romana está diseñada para aguantar. Debemos dejarnos caer sin problemas imaginando que nos estamos sentando en una silla imaginaria.

En el caso de los principiantes, es recomendable contar con la ayuda de un monitor. Es preferible tener un cierto bagaje muscular para aguantar la presión de este ejercicio. En el caso de los muy avanzados podemos aumentar la intensidad sujetando una pesa entre los brazos.

Imagen | Tupincho

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