Vigorexia; excesivo culto al cuerpo

El entrenamiento y la práctica de actividades deportivas para mejorar nuestro cuerpo y con ello la apariencia física es algo muy habitual en muchos de nosotros. Y es que hoy en día la imagen física tiene un papel importante. Aunque existen los excesos en el deporte, y con ellos el advenimiento de trastornos como la vigorexia.

La vigorexia consiste en un trastorno psicológico por el que tenemos una percepción errónea de nuestro cuerpo. Es difícil de detectar y consiste en una excesiva práctica de deporte y de una obsesiva persecución de la belleza física. Los principales afectados son hombres de 18 a 35 años que dedican demasiado tiempo a entrenar dejando de lado su vida social, ocupaciones cotidianas...

Es un trastorno cada vez más extendido entre la gente que practica deporte. Su percepción de la realidad se altera y los afectados nunca se ven lo suficientemente fuertes. Por este motivo hacen todo lo posible por conseguir más masa muscular. Normalmente se empieza por entrenar demasiado, en torno a tres horas diarias. Después la dieta es la parte de su obsesión, pues recurren a todo tipo de suplementos.

En el desarrollo de esta enfermedad tienen mucha importancia los factores socioculturales, los cánones de belleza modernos...Pero uno de los principales factores que desencadena la vigorexia es el desequilibrio en determinados neurotransmisores como la serotonina que altera nuestra percepción. Pero no hay que olvidar que padecer vigorexia puede provocarnos graves daños para nuestro organismo.

Para comenzar podemos sufrir numerosos trastornos físicos y lesiones derivados del excesivo entrenamiento, pues nuestros músculos se sobrecargan. Este exceso de ejercicio deriva en muchos casos en que las partes de nuestro cuerpo estén desproporcionadas. Esto suele ser una tónica en los vigorexicos que no tienen una armonía corporal. El sobreentrenamiento repercute negativamente en los tendones y ligamentos, sobre todo de las extremidades, que suelen sufrir esguinces.

La alimentación y su desequilibrio suele ser otro problema, pues las dietas de los vigorexicos suelen tener altas dosis de proteínas e hidratos de carbono, mientras que suelen ser bajas en grasa. Lo que a la larga les puede causar muchos trastornos metabólicos y orgánicos como problemas de hígado al tener una dieta con exceso de proteínas...

En la mayoría de los casos esa alimentación se afianza con anabolizantes que masculinizan en el caso de las mujeres y les producen irregularidades menstruales. En el resto de casos pueden producir acné, problemas cardiacos, atrofia testicular, disfunción eréctil, disminución de la formación de espermatozoides, retención de líquidos, lesiones hepáticas, mayor propensión a sufrir cáncer...

Además no hay que olvidar los problemas sociales que derivan de hacer que toda nuestra vida gire entorno al entrenamiento. Por estos motivos desde Vitónica os recomendamos entrenamiento para estar sanos, pero de forma moderada y sin obsesionarse, pues todos los excesos son malos.

En Vitonica | Vigorexia, un desorden alimentario resultante del culto al cuerpo

Portada de Vitónica