Muchas veces hemos escuchado que después de comer es muy peligroso nadar porque podemos sufrir calambres, cortar la digestión o padecer otras alteraciones. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en todo esto?
La realidad es que cualquier deporte o actividad que practiquemos después de haber comido grandes cantidades de alimento puede provocarnos malestar gastrointestinal, pero a su vez, si nuestro cuerpo se sumerge repentinamente en agua fría, el cambio brusco de temperatura puede producir un Síndrome por Hidrocución, conocido popularmente como “corte de digestión”.
Dicho síndrome se puede producir independientemente de que hayamos comido antes de sumergirnos en el agua, por eso, no podemos afirmar que es malo nadar después de comer.
Por supuesto, como con cualquier actividad, debemos tener la precaución de comer al menos una hora antes de comenzar a movernos y además, la composición de la comida debe ser cuidadosa, ya que un gran aporte de grasas o proteínas puede enlentecer la digestión incrementando el riesgo de sufrir malestares gastrointestinales.
Lo ideal es basar nuestra comida en hidratos de carbono, con moderado aporte de fibra y no probar alimentos nuevos justo antes de ejercitarnos, ya que el esfuerzo físico del cuerpo puede dificultar el proceso digestivo.
En definitiva, no es malo nadar después de comer si tomamos las precauciones antes dichas y si el agua está muy fría, intenta sumergirte lentamente, y calentar correctamente el cuerpo antes de comenzar de lleno con la actividad.
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