La natación es uno de los deportes más completos que existen, ya que implica el uso de prácticamente toda la musculatura al ser necesario mover tanto el tren inferior como el superior. Hoy os quería hablar sobre la temperatura ideal del agua para nadar.
A todo el mundo nos gusta meternos en la piscina y disfrutar de una temperatura del agua cálida, pero, ¿es esta temperatura ideal para realizar entrenamientos de natación sin riesgos para nuestra salud? La respuesta es no.
Qué tipo de ejercicio es la natación
En primer lugar, debemos recordar que la natación es un ejercicio generalmente aeróbico. A pesar de ello, como la mayoría de los deportes, se pueden entrenar a alta intensidad y convertirse en ejercicios mayoritariamente anaeróbicos, aunque en el caso de la natación esto sucede cuando somos unos verdaderos expertos en la materia.
Con la natación, al igual que en otros ejercicios aeróbicos como correr, nuestra temperatura corporal, los niveles de hidratación y la tasa de sudoración, están afectados por la intensidad del ejercicio y la temperatura del aire, en el caso de la natación, dependen de la temperatura del agua que puede afectar a la duración y a nuestro rendimiento.
Es importante que aprendamos cómo reacciona nuestro cuerpo a las diferentes temperaturas del agua para así poder evitar condiciones que conlleven cierto peligro para nuestra salud a la hora de practicar este maravilloso y completísimo deporte.
Entrenar con agua fría
Cuando nos metemos en el agua y esta se encuentra a una temperatura bastante baja, lo que sucede es una vasodilatación (nuestros vasos sanguíneos se ensanchan), para permitir que la sangre caliente aumente la temperatura de nuestro cuerpo.
Tras la vasodilatación, finalmente se produce una vasocontricción (es decir, se cierran los vasos), lo que provocará que mantengamos nuestra temperatura corporal y así conseguiremos prevenir que nuestros órganos fallen o se dañen. Nuestro cuerpo es una máquina que debemos cuidar y que lucha por sobrevivir siempre.
El problema que tenemos cuando el agua está excesivamente fría es que nuestro cuerpo no es capaz de restringir el flujo sanguíneo por mucho tiempo, con lo que los vasos sanguíneos se volverán a reabrir, aumentando el riesgo de que fluya sangre fría por nuestros órganos conduciendo incluso a un estado de hipotermia.
Cualquier superficie acuática inferior a los 15 grados centígrados y sin hacer uso de un traje de neopreno, puede provocarnos temblores o sensación de frío. Pero los síntomas comenzarán a ser graves dependiendo de la tolerancia que tengamos a las bajas temperaturas.
Entrenar con agua caliente
Por otro lado, si nadamos en agua demasiado caliente, superando los 33 grados centígrados, puede producirse un sobrecalentamiento y un agotamiento, sobre todo cuando recorremos largas distancias o nadamos durante bastante tiempo de forma seguida.
El agua caliente provoca un aumento de la temperatura de nuestro cuerpo, y este aumento de temperatura conlleva a una mayor tasa de sudoración, acelerando así la deshidratación de nuestro cuerpo. El sudor es un mecanismo de defensa del cuerpo en un intento de reducir la temperatura del mismo.
Pero una sudoración excesiva puede conducirnos a un desequilibrio de electrolitos y esto afecta gravemente a nuestra movilidad muscular, es por ello que la natación en aguas abiertas, en climas cálidos, puede exponernos a una temperatura del agua bastante elevada, pudiendo causar espasmos musculares y fatiga severa.
Así que debemos tener especial cuidado, ya que, a pesar de que nos apetezca entrar en el agua y que esta esté en una temperatura agradable, si es excesiva, será perjudicial para nuestra salud, pudiendo causarnos incluso la muerte.
Temperatura ideal del agua
Si comparamos el agua fría y el agua caliente, es mucho mejor nadar en agua a 21 grados centígrados que en aguas a 33 grados centígrados. En agua caliente, nuestro metabolismo aumenta y nuestra velocidad también, pero en agua fría, nuestro cuerpo es capaz de adaptarse mejor durante más tiempo, sin riesgo de agotamiento.
No obstante, ninguno de los extremos es bueno, mucho tiempo en agua fría puede provocarnos hipotermia y en agua caliente, o mantenemos un nivel de esfuerzo bajo o probablemente suframos un golpe de calor.
La temperatura que se consideraría ideal para la natación es bastante variable en función de la intensidad de la actividad que practiquemos. Normalmente, cuanto más intensa es nuestra actividad aeróbica, menor debe ser la temperatura del aire.
Generalmente, la temperatura ideal cuando entrenamos natación a alta intensidad, sería de 27 grados centígrados, mientras que si realizamos natación a intensidad moderada o baja, podría rondar los 30 o 31 grados centígrados.
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