Trucos para mejorar la técnica de natación

La natación es el deporte más practicado en los meses de varano, pero muchos son los que no saben realizarlo de la forma adecuada para mejorar y optimizar sus esfuerzos para conseguir resultados mucho mejores. Es importante que reparemos en algunos puntos a tener en cuenta para mejorar la calidad del ejercicio a la hora de practicar natación.   Mejorar la técnica es algo que la mayoría de nosotros busca a la hora de nadar, pues de ello depende la optimización de la energía, el cumplimiento de las metas, y poder avanzar en los entrenamientos y aumentar las marcas poco a poco. Para conseguirlo simplemente debemos seguir una serie de puntos sencillos que nos ayudarán a desenvolvernos mucho mejor dentro del agua, y es que habitualmente la mala técnica es la que hace que no rindamos de forma adecuada en la piscina.

 

Antes de nada debemos tener en cuenta que una de las máximas a la hora de rendir en la piscina es permanecer relajados durante todo el tiempo que dure la actividad. El relax forma parte de este deporte, y de nada nos sirve estar tensos, ya que el cansancio y la fatiga muscular serán mayores que si nos mantenemos tranquilos. De esta manera los movimientos serán más relajados y el esfuerzo será mucho menor. Para conseguirlo debemos tener un importante dominio de nuestro cuerpo, y nada de miedo al agua.   Es importante que a la hora de flotar mantengamos una postura recta que consiga que nuestro cuerpo esté alineado. Todos los movimientos que vamos a llevar a cabo deben estar acordes con esta alineación corporal, ya que los giros y las vueltas lo único que hacen es restar efectividad al movimiento. Por ello es importante que no rotemos la cabeza para cada lado cada vez que demos una brazada, sino que tenemos que dejarla sumergida en el agua y elevarla cada vez que queramos coger aire.   A la hora de llevar a cabo la brazada debemos evitar que esta sea corta y rápida, es decir, hay que hacerla lo más profunda posible para lograr un mayor desplazamiento a lo largo del agua. Es importante que coloquemos el brazo estirado, relajado, con la palma de la mano cerrada de modo que demos un mayor impulso. El recorrido debe ser desde arriba hasta que los brazos queden pegados a nuestro cuerpo para volver a empezar. Lo que tenemos que intentar es dar el menos número posible de brazadas para evitar un cansancio innecesario.   Lo mismo sucede con el movimiento de las piernas, ya que no solamente la brazada nos impulsa, sino que las piernas y su oscilación tienen mucho que ver. Es importante que el movimiento no recaiga sobre los pies, que es lo que suele pasar más a menudo. El impulso es pobre y necesitamos mover mucho los pies para obtener resultados. Lo ideal es propulsarnos desde la cadera. El movimiento debe ser uniforma y tiene que comenzar desde la cadera hasta llegar al pie que es donde terminará. De esta manera conseguiremos una mayor propulsión con el mínimo cansancio.   El aspecto físico es importante para restar resistencia al agua, por ello debemos evitar el exceso de pelo en el cuerpo, ya que la fricción nos resta velocidad. La ropa es otro punto que debemos tener en cuenta. Cuanto más cómodo sea el bañador mejor, por ello debemos utilizar prendas ajustadas que nos resulten cómodas y se adapten a nuestro cuerpo y al movimiento del mismo. Es aconsejable el uso de un gorro de piscina para evitar que el pelo nos impida realizar correctamente la actividad.

Imagen | plrang

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