El Ácido Fítico es una sustancia de origen natural que resulta muy beneficiosa para nuestro organismo, aseguran los científicos de la Universidad de Illes Balears, quienes han pasado largos años estudiando sus propiedades.
Dado que nuestro cuerpo no lo sintetiza, sólo lo podemos obtener mediante la alimentación a través de los cereales, sobre todo integrales, legumbres (garbanzos, lentejas, soja, alubias), frutas secas (cacahuate, almendras, nueces, avellanas, castañas de cajú) y semillas (sésamo, lino, zapallo, amapola).
Pese a que al ácido fítico ha sido cuestionado nutricionalmente por su capacidad para unirse a minerales como el calcio y el hierro, evitando así su absorción, hoy se reconoce que esta propiedad resulta beneficiosa cuando los fitatos se unen a metales tóxicos como el cadmio, aluminio o plomo que si pasan al torrente sanguíneo pueden ocasionar daños irreversibles al sistema nervioso central. Al mismo tiempo, el ácido fítico tiene grandes cualidades antioxidantes, ya que impiden la formación de radicales libres responsables del daño oxidativo que puede ser causante de enfermedades degenerativas como el cáncer.
En el intestino, actúa incrementando la acción de células que intervienen en el sistema inmune denominadas Natural Killer; se une al colesterol y triglicéridos reduciendo su absorción y por lo tanto, su concentración en sangre; al asociarse a los nutrientes ingeridos permite una rápida formación de heces lo cual impide la constipación y ayuda a regularizar el ritmo de evacuación intestinal.
En el riñón, previene la formación de cálculos renales (piedras o cristales) al inhibir la cristalización de sales de calcio, como fosfatos u oxalatos, y evitar su deposito.
Como podemos ver, el ácido fítico o fitatos tiene sus pro y sus contra, por un lado ofrece enormes beneficios para la salud y por otro, al consumirlo en exceso, podría dificultar la biodisponibilidad o aprovechamiento de vitaminas y minerales necesarios para mantener nuestra salud. Por esta razón, sólo queda por aconsejar, como con todos los alimentos, consumirlo en cantidades adecuadas. Es decir, ingerir alrededor de 5 unidades de frutas secas por día, un plato de cereales o una ración de galletitas de salvado o con semillas, es más que suficiente para disfrutar de las bondades de este nutriente y no sufrir sus efectos negativos.
Vía | Consumer Eroski
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