Casi todas las personas a las que doy clases de Pilates tienen algún tipo de disfunción o dolor en la espalda, y todas coinciden en que el médico les ha recomendado trabajar con el método Pilates. ¿Qué es lo que hace a Pilates tan efectivo para mejorar los problemas de espalda?
Las afecciones más numerosas entre la población son la escoliosis y la actitud escoliótica, y ambas pueden mejorar muchísimo a través del trabajo bien hecho con el método Pilates.
¿Qué es la escoliosis?
Debemos partir de la base de que la escoliosis no es una enfermedad, sino una afección crónica que se produce cuando hay una desviación de la columna vertebral en los tres planos de movimiento.
Para considerar a una afección como escoliosis, la columna tiene que presentar tres características: una desviación lateral, una rotación y una gibosidad. En el caso de que sólo haya desviación lateral estaremos hablando de una actitud escoliótica.
Dentro de la escoliosis en sí hay diferentes grados de afección, según los grados de desviación de la columna (leve, mediana y grave).
La escoliosis es una afección que es necesario tratar, ya que está asociada a otras patologías más graves como la atrofia muscular espinal y la distrofia muscular. Además, la desviación de la columna provoca desequilibrio muscular y afecta a nuestra estructura ósea.
¿Por qué trabajar con el método Pilates si tengo escoliosis?
Uno de los puntos más importantes es que la escoliosis es una afección crónica, que evoluciona con el paso del tiempo. Sí, la afección puede agravarse con los años, pero también puede mejorar su estado a través del trabajo muscular, en este caso con Pilates.
Tanto si sufrimos escoliosis como si se trata de una actitud escoliótica, podemos mejorar el estado de nuestra espalda mediante el entrenamiento. No conseguiremos hacer desaparecer la afección, pero sí hacer que las molestias y dolores remitan en buena medida.
¿Cómo ayuda el método Pilates a las personas con escoliosis?
Uno de los principios utilizados en el método Pilates es la corrección postural: nunca debe iniciarse un ejercicio hasta que nos encontremos en la postura correcta, esto es, con una buena alineación corporal.
Como hemos dicho antes, la escoliosis puede traer de la mano desequilibrios musculares, que harán que nuestra postura no sea del todo correcta. A través del trabajo con Pilates se procede a la reeducación postural y a trabajar en el control interno de nuestro cuerpo.
Con Pilates tonificamos y estiramos los músculos que se encuentran rodeando nuestra columna y aprendemos a estabilizarnos: una musculatura más fuerte (tanto los músculos más externos como la musculatura profunda), una correcta alineación corporal y una buena consciencia de nuestro cuerpo son los beneficios directos que podemos obtener del trabajo con Pilates.
La importancia de la reeducación postural
El punto clave para mejorar el estado de la escoliosis o actitud escoliótica es la reeducación postural. Si bien estas afecciones pueden tener un origen congénito, debemos recordar que también pueden deberse a malas posturas que evolucionan desde que somos niños y alcanzan su grado máximo en la edad adulta.
Pero más allá de mantener una postura correcta durante las sesiones de Pilates, hay que ser consciente de que deberíamos mantener una correcta alineación en todo momento: sentados delante del ordenador, haciendo spinning, levantando pesas o incluso durmiendo.
Además de ayudarnos a corregir afecciones como la escoliosis y las actitudes escolióticas, una postura correcta nos hará ser más eficientes y evitar futuros dolores y lesiones.
Por supuesto, en el caso de que se sufra alguna de estas afecciones, lo primero es acudir al especialista médico. Si decidís practicar Pilates, ya sea en una clase colectiva o en un entrenamiento personal, debéis advertir siempre al instructor de vuestra condición, para que pueda trabajar con vosotros de forma segura y correcta.
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