La alimentación perfecta no existe. Cinco consejos para mejorar tu relación con la comida sin buscar la perfección nutricional

En redes sociales, en televisión y en muchos otros lados, se brindan variedad de consejos para lograr una alimentación saludable, algo que todos intentamos alcanzar. Sin embargo, la alimentación perfecta no existe y es fundamental alejarnos de la obsesión, por eso dejamos cinco consejos para mejorar tu relación con la comida, protegiendo en todos los sentidos la salud del organismo.

Comer sano sí, pero sin caer en la obsesión

Llevar una dieta equilibrada, con alimentos de calidad, resulta clave para proteger  la salud, pero en este sentido es fundamental no caer en excesos ni en la obsesión de que todos sea sano siempre, ya que podríamos estar perjudicando nuestra salud mental y estropeando la relación con la  comida.

Pretender cocinar el 100% de nuestros platos y que siempre sean a base de alimentos frescos y nutritivos, así como también que no existan en la dieta habitual dulces, frituras o procesados de escasa calidad nutricional, puede ser algo no tan sano como pensamos.

Como todo en la vida, es fundamental no ir a los extremos sino pensar en la salud como un todo en la cual no sólo es importante alimentarnos bien, sino también no estresarnos y liberarnos de prohibiciones o restricciones que pueden condicionar la salud emocional y mental.

Los mejores consejos para lograr una buena relación con la comida

Si quieres llevar una dieta sana sin caer en la obsesión y ante todo,  protegiendo al organismo así como cuidando la relación con la comida,  dejamos los siguientes consejos que pueden ayudarte a lograrlo:

Intentar comer a conciencia

Una alimentación más consciente y registrada por nuestro organismo, tiende  a ser controlada y al mismo tiempo placentera. Por lo tanto, puede ser de  gran utilidad cuando buscamos mejorar la relación con la comida.

Para ello, resulta fundamental estar atentos al momento de comer,  intentando sentarnos siempre a la mesa, masticar bien cada bocado y saborear cada alimento que ingresa a nuestro cuerpo.

Con una alimentación más consciente es probable que atendamos a las necesidades de nuestro cuerpo tanto para brindarle energía cuando le haga falta, como para proveerle un bocado dulce cuando más lo desee.

Evitar la prohibición y darle la bienvenida a la moderación

Llevar dietas que prohiben alimentos así como también, autoprohibirnos  determinadas platos que nos resultan placenteros y muy apetecibles, puede  ser un gran obstáculo para lograr una conducta alimentaria saludable.

Sin nos gusta mucho, nos apetece demasiado pero está prohibido, claramente los deseos de comer aquello que tanto anhelamos se acumularán en nuestro organismo y tarde o temprano pagaremos la deuda terminando quizás con un consumo excesivo o un atracón.

Asimismo, aquello que está prohibido se ve como malo e incluso ilegal, por lo tanto podemos tender a comer a escondidas aquello que no se permite pero tanto nos agrada.

Por  todo esto, eliminar las prohibiciones en la dieta habitual y darle la  bienvenida a la moderación de aquellos platos que más nos agradan resulta clave.

Compensar es (siempre) una mala idea

La idea de compensación en la dieta habitual puede predisponernos a ciclos de restricciones y atracones o lo que es igual, ciclos de insuficientes nutrientes y energía alternados con periodos de exceso.

Por ello, compensar es siempre una mala idea ya que puede llevarnos a comer poco o nada previo a una fiesta así como también a ayunar o beber sólo líquidos durante horas o incluso días después de una gran comilona o  atracón.

Por ello, si nos hemos atiborrado de comida en una cena por ejemplo, la clave está en regresar a la normalidad tan pronto como sea posible, comiendo de forma habitual, con moderación y variedad de alimentos, sin caer en restricciones que puedan nuevamente conducirnos a un exceso futuro.

Disfruta de compartir una comida así como también, de consumir platos sabrosos (aunque sean poco sanos)

La alimentación además de un rol nutritivo para nuestro cuerpo tiene una función social que todos necesitamos recordar y valorar.

Asimismo, el sólo hecho de comer resulta para nuestro cuerpo placentero, siendo ésto algo innato. Por lo tanto, no debemos sentir culpa por disfrutar de una comida rica (aunque está no sea sana), sino todo lo contrario.

Aprender a disfrutar de los aspectos sociales de la alimentación, poder compartir con personas que uno aprecia así como también poder degustar de forma placentera un plato que nos agrade (aunque esté no sea de buena calidad nutricional) resulta fundamental para mejorar la relación con la comida.

Como en los exámenes: intenta acertar en tu dieta la mayor parte de las opciones

Es claro que para lograr una alimentación sana resulta fundamental limitar por ejemplo, los azúcares añadidos y todo aquello que lo contenga. Sin embargo, no debemos caer en la obsesión de ser perfectos o en consumir cero azúcar cada día. Ésto puede originar estrés y entorpecer el logro de una  conducta alimentaria saludable.

Por el contrario, debemos intentar ver la alimentación como un todo,  teniendo por objetivo lograr que la mayor parte de los platos o alimentos que se presentan en nuestra mesa sean de buena calidad nutricional.

Asimismo, podemos evaluar nuestra alimentación a lo largo de la semana teniendo en cuenta que de siete días la mayoría de los mismos deben componerse de alimentos de calidad, nutritivos y beneficiosos para el organismo; mientras que de manera eventual podemos disfrutar de comer pizza y beber una copa sin que esto perjudique o estropeé  completamente nuestra dieta y la salud del organismo.

Si quieres preservar la salud ante todo, es necesario tener una buena relación con la comida, intentando comer sano sin apuntar a la "perfección" y sin obsesionarnos con ello.

En Vitónica | ¿Se puede ser completamente saludable?

Imagen | iStock y Jumpstory


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