La Organización Mundial de la Salud estima que más de 20 millones de personas mueren al año debido a enfermedades de origen cardiovascular. Asociadas a estas enfermedades encontramos un problema que puede convertirse en severo: la arteorioesclerosis. Esta afección está relacionada, aunque no es igual, a la ateroesclerosis. Sin embargo, sus consecuencias si son muy parecidas, si no idénticas.
¿En qué consiste la arteorioesclerosis? ¿Cuáles son sus causas y cuáles sus consecuencias? ¿Se puede prevenir? Hoy vamos a hablar de este problema arterial, tratando de desvelar todos sus secretos en busca de una buena prevención.
Qué es la arteorioesclerosis
Se conoce como arteorioesclerosis al endurecimiento de las arterias, las vías sanguíneas de gran y mediano tamaño por las que viaja la sangre oxigenada. Estas vías tienen las paredes más rígidas que las venas, ya que deben aguantar la enorme presión ejercida por el corazón, entre otras cosas. Debido a su naturaleza, cuando ocurre algún problema de salud, las arterias pueden endurecerse más aún.
La arterioesclerosis provoca el estrechamiento de estas vías, conocido como estenosis. Esto puede provocar que las arterias impidan el paso de la sangre y ocasionan un taponamiento muy peligroso. No hay que confundir arterioesclerosis con ateroesclerosis. Esta última hace referencia a las placas de ateroma, que se producen también en las arterias.
Estas consisten en taponamientos producidos por el exceso de lipoproteína de baja densidad (LDL), también mal llamado "colesterol malo". La ateroesclerosis tiene unas consecuencias muy parecidas a la arterioesclerosis, ya que también impide el paso de sangre por las arterias. Sin embargo, su origen no es el mismo (aunque puede darse una placa de ateroma por culpa de una arterioesclerosis).
Existen varios tipos de arterioesclerosis, denominados así por la forma en la que cursan:
- La arteriosclerosis obliterante, afecta a las arterias de las extremidades inferiores, en personas mayores.
- La esclerosis de Monckeberg es una calcificación en la capa media de las arterias musculares y afecta generalmente a las arterias de la glándula tiroides.
- La arteriosclerosis hialina, o nefrosclerosis, se refiere al engrosamiento de las paredes de las arterias en el riñón, y suele darse en personas con problemas renales y diabetes.
Cuáles son las causas de la arterioesclerosis
Las causas de la arterioesclerosis son muchas y muy diversas, pero todas se basan en un problema endotelial. El endotelio es la capa más íntima de los vasos sanguíneos, y se encarga de contener al torrente además de intercambiar nutrientes y otras tareas esenciales. Cuando el endotelio se vuelve rígido y se endurece aparece la arterioesclerosis.
Esto puede ocurrir por cuestiones genéticas, muy raras, o por la incidencia de varios factores de riesgo, mucho más comunes. Entre dichos factores están cuestiones naturales como la edad, pero también razones de hábitos. Por ejemplo, tienen mucho más riesgo de padecer una arterioesclerosis las personas sedentarias, con una dieta alta en grasas y azúcares. Las dislipemias (el aumento de grasas y colesterol en sangre) también promueve tanto la arterioesclerosis como la ateroesclerosis.
Otro de los grandes factores de riesgo es el tabaquismo, ya que el tabaco afecta al sistema vascular, y puede empeorar la afección por culpa de otros factores de riesgo. La diabetes, la hipertensión, la hipercolesterolemia y otras cuestiones asociadas con unos malos hábitos de vida son los principales causantes de esta enfermedad.
Síntomas de la arteorioesclerosis
Por desgracia, los síntomas de una arterioesclerosis muchas veces dan la cara demasiado tarde. Sin embargo, existen algunos indicadores de que se está produciendo una obstrucción arterial. Dependiendo de dónde ocurra, los síntomas pueden ir desde el dolor en el pecho (angina de pecho), a los mareos, el entumecimiento de los miembros, los desmayos y otras manifestaciones más o menos graves.
Cuando la arterioesclerosis se produce en las extremidades inferiores puede que notemos un dolor indefinido al moverlas, conocido como claudicación. Si se produce en los riñones puede ocasionar una insuficiencia renal o una presión arterial excesivamente alta. En definitiva, los síntomas de la arterioesclerosis son complicados y difusos, ya que depende de qué arteria obstruyan.
Tratamiento de la arteorioesclerosis
Por desgracia, no existe ningún tratamiento farmacológico eficaz contra la arterioesclerosis. En caso de que se produzca la obstrucción, se puede recurrir a la microcirugía para solucionar el problema. Sin embargo, el mejor tratamiento, sin duda, es la prevención.
Mientras que en los casos clínicos se recomienda usar antihiperlipidémicos, antiagregantes o anticoagulantes, unos cambios de hábitos suele ser suficiente para reducir el riesgo de padecer este tipo de problemas. ¿Qué cambios de hábitos? Reducir el sedentarismo y hacer ejercicio (aunque con algo de actividad física diaria sería suficiente), cambiar nuestra dieta para incluir más verduras y frutas, reducir la cantidad de carne y grasa, además de azúcar.
Esto es sencillo si nos alejamos de los ultraprocesados, lo que nos obligará a comer productos naturales y más saludables. Escoger una dieta equilibrada y saludable es fundamental en este aspecto ya que nos ayudará a reducir gran parte de los factores de riesgo, así como evitar otras enfermedades que podrían promover la arterioesclerosis. En conclusión, aunque no podemos tratar la arterioesclerosis, tenemos evidencias suficientes que nos indican que podemos reducir su incidencia añadiendo a nuestros hábitos una mejor alimentación y un poco de actividad física.
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