Cómo prevenir las contracturas más habituales

Seguro que en más de una ocasión hemos tenido alguna contractura en cualquier parte del cuerpo. Siempre decimos que los masajes y los estiramientos son una buena manera de evitarlo, pero la prevención y la corrección postural es esencial, sobre todo en determinadas contracturas. Nosotros en este post queremos dar algunos consejos para evitar las contracturas más habituales.

La zona lumbar y la cervical suelen ser las más afectadas a la hora de contracturarse, por ello es necesario que sepamos detectar lo que estamos haciendo mal y cómo evitarlo. Prevenir es la base de todo, y más en estos casos, ya que los esfuerzos y los malos hábitos son nefastos a la hora de evitar hacernos daño. Al final no dedicar unos minutos a controlar estos aspectos pueden tener una serie de consecuencias peores para todos nosotros.

Un vistazo a…
ENTRENAMIENTO de BRAZOS y ESPALDA solo con una GOMA ELÁSTICA | Vitónica

Contracturas en la zona cervical

Las contracturas de la zona cervical suelen ser muy comunes en la gente que trabaja frente a un ordenador, y es que la postura es importante a la hora de evitar este malestar. Utilizar una buena silla es el comienzo, además de mantener la espalda recta al sentarnos, la cabeza mirando al frente y no al teclado, ya que al bajarla estaremos doblando la columna en la parte cervical, aumentando la tensión en la zona y propiciando el dolor.

Evitar adelantar los hombros al escribir en el teclado es otro punto a tener en cuenta si no queremos sufrir de dolores en la espalda. Lo ideal es apoyar toda la espalda sobre la silla, y que esta cubra toda la espalda, no que quede a la mitad, ya que de este modo parte de la tensión la soportaría la parte cervical. Además, los brazos deben quedar a los lados reposados, cuando estemos escribiendo en el teclado. De este modo la tensión disminuirá y con ello el riesgo de lesionarnos.

Contracturas de la zona lumbar

La parte lumbar es otra de las que se suele cargar de manera habitual. Esto suele deberse a que no sabemos equilibrar bien el peso del cuerpo y lo descargamos en esta zona, haciendo que nos duela esta parte en exceso. Normalmente puede deberse a que arqueamos demasiado la espalda o a que a la hora de caminar, estar de pie, correr… no descargamos bien el peso en las piernas o lo hacemos solamente en una.

Para evitar esto es importante que seamos conscientes de la importancia que tiene saber estar de pie. Colocar las piernas equilibradas y paralelas, de modo que aguanten toda la carga del cuerpo. Si puede ser, doblar ligeramente las rodillas será una buena manera de repartir la tensión por toda la pierna. A esto hay que sumar el uso de calzado adecuado con un poco de tacón, como 2 centímetros, para evitar sobrecargar la zona lumbar y repartir mejor la carga.

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