Consejos para acabar con el mal aliento

El mal aliento es un mal que a muchas personas les persigue día a día. Los motivos por los que este se produce son varios y no siempre tienen por qué ser una mala higiene dental, ya que se puede deber a enfermedades de la boca o a otras complicaciones en las que no vamos a reparar. Por este motivo en esta ocasión queremos dar algunos consejos para evitar que el mal aliento haga acto de presencia en nuestra vida.

Para comenzar lo que proponemos para prevenir el mal aliento, que por lo general está producido por un exceso de bacterias en la boca o por un deterioro de las piezas dentales, así como las encías y demás partes de la cavidad bucal. Por esto lo esencial es mantener una buena higiene que acabe con la proliferación desmesurada de bacterias. Es aconsejable prevenir mediante el cepillado por lo menos después de cada comida principal, es decir, tres veces al día. Pero cepillar no es suficiente para mantener una correcta higiene, sino que limpiar los espacios dentales con seda es una buena solución para acabar con el exceso de bacterias, así como utilizar enjuagues que ayuden a reducir el número de bacterias y la acción de las mismas.

Higiene preventiva

Acudir al dentista para acabar con el sarro y el exceso de suciedad acumulada con el paso del tiempo es esencial si queremos mantener un aliento fresco y libre de malos olores. Una revisión periódica de la boca es una buena alternativa para detectar problemas como infecciones o enfermedades que son la causa del mal aliento que en muchos casos no se va ni con el cepillado ni los cuidados higiénicos habituales.

El tabaco es otro enemigo del aliento, ya que es una causa de padecer enfermedades en las encías y conseguir de este modo un deterioro visible de las mismas. Dejar el tabaco de lado nos ayudará a recuperar el buen olor en nuestro aliento. Lo mismo sucede con el alcohol, ya que es importante no beber solamente, sino que siempre conviene acompañarlo con alimentos para evitar que se acumule en las encías y en la cavidad bucal afectando a la salud de la misma y al olor que ésta desprenderá.

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Alimentación adecuada

La alimentación es importante, pues es el detonante del exceso de bacterias en la boca, ya que consumir alimentos azucarados aumentará la sequedad bucal debido a la acidez que producen y con ello podemos desencadenar un mal aliento. Lo mismo sucede con algunos alimentos como el ajo o la cebolla, que potencian el mal aliento aunque limpiemos la boca, ya que se quedan fijados en la cavidad y es difícil eliminar el olor que dejan. Es importante aumentar el consumo de verduras crudas y de frutas como la manzana entre horas, que nos ayudarán a mantener la boca oxigenada, lo mismo que consumir agua, ya que la sequedad hace que el mal olor aumente.

A pesar de esto, si somos conscientes de que tenemos mal aliento es necesario acudir a un especialista que analizará los motivos por los que ésta se produce, ya que no siempre está causado por el mal estado de la boca, sino que a veces existen otros problemas estomacales o respiratorios que debemos tratar. Por ello es esencial un diagnóstico médico y el consiguiente tratamiento que nos aplicará para acabar con este mal.

Imagen | José Eduardo Pachá

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