Si buscamos prevenir enfermedades en los más peques de la familia, sabemos que una gran medida es fomentar una alimentación saludable, sin embargo, muchas veces olvidamos tener cuidado con las bebidas en los niños, como olvidamos registrarlas en nuestra dieta, y son ellas las que pueden convertirse en un factor negativo para la salud de los peques.
Por ello, a continuación te mostramos cómo diferentes bebidas pueden estar afectando negativamente la calidad de la dieta.
Las bebidas fuente de azúcar
No sólo de refrescos estamos hablando, aunque no debemos perderlos de vista, sino también debemos recordar que un zumo natural es fuente de azúcar y que por ello, no podemos convertirlo en nuestra bebida habitual. Además, un zumo no reemplaza a la fruta sino que pierde gran parte de su fibra y se concentra más en nutrientes energéticos como son los hidratos.
Otras fuentes de azúcar entre las bebidas de los niños son las aguas saborizadas, los batidos comerciales o las bebidas de leche y fruta que muy poco tienen de estos dos alimentos y que por otro lado, concentran azúcares simples, por lo tanto, no es aconsejable incorporarlas a la dieta infantil como bebida habitual.
Por otro lado, no debemos perder de vista el azúcar que añadimos a las bebidas tradicionales como puede ser una leche o una infusión. Tampoco debemos descuidar en los peques la ingesta de zumos comerciales o de néctares, así como de bebidas deportivas que sólo son diseñadas para consumirse tras un esfuerzo intenso o para rehidratar ante determinadas situaciones especiales.
No olvidemos que aunque los zumos deriven de frutas o las bebidas deriven de agua o leche, generalmente estas bebidas contienen azúcar en igual o similar proporción que los refrescos más conocidos, por ello, su consumo como bebida habitual suele incorporar azúcar en exceso a la dieta infantil que sabemos puede ocasionar enfermedades como caries dentales o exceso de peso.
Bebidas que ofrecen grasas
Es muy poco frecuente que una bebida ofrezca grasas, sin embargo, algunas preparaciones tales como aquellas a base de leche entera, yogures, nata o chocolate si son fuentes de grasas y por ello, concentran calorías. Nos referimos a las leches con chocolate comerciales, a los batidos comerciales a base de helado, chocolate o nata así como también a las bebidas lácteas propiamente dichas.
Aunque los lácteos son muy importantes en la dieta de los niños, no se requieren en cantidades superiores a las 4 porciones diarias, por ello, si un pequeño abusa de este tipo de productos, no sólo tendrá más calorías, sino también, más grasas y azúcares.
Por supuesto, menos aconsejables aun son las bebidas elaboradas comerciales o expedidas en lugares de comida rápida, tales como aquellas que baten leche con helado o nata y dan sabor a chocolate.
Los lácteos son necesarios en la dieta infantil, pero ni un yogur bebible ni una leche o sus derivados deben convertirse en el único líquido habitual que se utiliza en el día para hidratar.
Bebidas fuentes de cafeína y alcohol
Las fuentes de alcohol en los niños no son habituales, aunque no se debe perder de vista que esta sustancia que aporta calorías afecta de mayor manera y negativamente la salud de los peques, por lo tanto, cualquier bebida que contenga alcohol debe evitarse entre los niños.
Por otro lado, si son frecuentes las bebidas que aportan cafeína en la dieta infantil, pues un café tiene cafeína, un refresco de cola también contiene esta sustancia así como el chocolate negro o un té negro, y dado que los niños no deben consumir más de 85 mg de cafeína por día y un sólo refresco puede contener 40 mg, fácilmente pueden superarse las recomendaciones.
Dado que la cafeína es un estimulante del sistema nervioso central, debemos tener en cuenta que un exceso en los niños puede causar falta de concentración, irritabilidad e insomnio.
Como podemos ver, la mejor bebida a consumir de manera habitual es sin duda el agua, aunque a diario puede ingerirse un zumo natural sin agregado de azúcar y 3 porciones de leche que también tiene gran contenido acuoso.
Por supuesto, refrescos, bebidas a base de chocolate, nata o café, deben ser de consumo ocasional entre los más peques de la familia si queremos cuidar la salud mediante la dieta infantil.
Imagen | Luis Gustavo Leme, Tamakisono y MJorge