Si las dietas milagro son el enemigo número uno para la salud a la hora de perder peso en la operación bikini, otros métodos como el uso de saunas y diuréticos para perder peso son el enemigo número dos. Hay que tener mucho cuidado con el abuso de estos métodos, ya que ni van a conseguir una pérdida real de peso ni van a ser saludables.
Utilizar las saunas y diuréticos para perder peso es un error, lo único que conseguiremos es disminuir nuestros niveles de agua en el cuerpo y provocar cierto grado de deshidratación, que tendremos que solucionar bebiendo líquido y recuperando de nuevo el peso, produciendo cierto desgaste y desequilibrio en el sistema hidroelectrolítico.
Las saunas parecen milagrosas, entramos en ellas y a la media hora podemos pesar un kilo menos, pero no nos engañemos, la grasa sigue ahí, como mucho se habrán ido algunos gramo de grasa al quemarse por metabolismo basal. Todo lo perdido es líquido, que habrá que recuperar bebiendo. Por tanto, uso de la sauna: sí, uso abusivo para lograr perder peso: error.
Los diuréticos son más de lo mismo pero a modo de pastillas o infusiones, logran que retiremos parte de nuestro líquido corporal, que por una parte es bueno por si tenemos retención o para renovar líquidos, pero no van a conseguir descensos significativos de peso, y menos de grasa. Por tanto, tampoco hay que obsesionarse con esta medida y pensar que nos va a quitar la barriga de en medio.
Como decimos siempre, milagros no hay, para perder peso no hay más que comer menos y hacer más deporte, con esto y un poco de paciencia todo sale. Porque si los kilos vienen con el tiempo, también se irán con tiempo y paciencia, más vale quitarlos para siempre que coger atajos y estar en las mismas a la semana siguiente.
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