Cuidados para evitar que se contaminen los alimentos de la nevera

Gracias a la nevera los alimentos se mantienen por más tiempo impecables y sin bacterias. Este invento revolucionó la alimentación y los productos que tenemos a nuestro alcance, ya que los procesos de conservación de los mismos cambiaron. Pero a pesar de esto es un electrodoméstico que requiere un cierto mantenimiento, ya que a pesar de permanecer a temperaturas bajas, si no lo cuidamos como es debido puede llegar a desarrollar bacterias que contaminen los alimentos que queremos conservar. Por ello vamos a ver algunos consejos para evitar que esto suceda.

Antes de nada debemos ser conscientes y controlar en todo momento la temperatura de nuestra nevera para saber que los alimentos que contiene se están conservando correctamente. La temperatura ideal son cuatro o cinco grados para los alimentos que queremos mantener frescos, por ello debemos adaptar la temperatura en invierno y en verano para compensar con la del exterior. Junto a esto es necesario respetar cada uno de los huecos para destinarlo a un tipo de alimento, por ejemplo las hueveras para los huevos, las estanterías más cercanas al motor para carne y pescado por la concentración mayor de frío...

La limpieza es fundamental, y por ello es necesario que a la hora de meter alimentos lo hagamos en recipientes cerrados que eviten su derrame y la posterior contaminación de unos alimentos con otros. En el caso de derrame es necesario que limpiemos de inmediato todo lo que se nos ha caído, ya que dejar la nevera sucia es un riesgo enorme de bacterias y malos olores dentro de la nevera, haciendo que el resto de alimentos se estropeen.

A la hora de meter los alimentos para su conservación es esencial que tengamos en cuenta que una nevera no es un congelador, por lo que no podemos dejar un alimento más de cuatro días dentro, ya que se empezará aponer malo y a contaminar a los demás que tiene alrededor. Lo mismo sucede con las frutas y verduras que acumulamos muchas veces en los cajones de la nevera y que empiezan a echar moho. Esto lo que hará será contaminar al resto y hacer que también proliferen hongos en la nevera.

Los alimentos que va a contener en su interior nunca deben estar apiñados ni juntos, ya que no es demasiado recomendable llenar en exceso la nevera, pues con ello conseguiremos aumentar la temperatura interna y empeorar el proceso de conservación, Es recomendable que los alimentos no se den unos contra otros, y que estén expuestos al fresco de la misma manera por todas sus caras. Al igual que esto, debemos evitar introducir los alimentos calientes, ya que aumentará la temperatura de la nevera y con ello el riesgo de proliferación bacteriana.

Vía | Consumer
Imagen | J. Star

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