Día Mundial del Donante de Sangre: ¿qué se hace con la sangre después de donarla?

Como cada 14 de junio, hoy se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre: una persona muy importante en la sociedad ya que con un simple gesto altruista puede ayudar hasta a tres personas más. Donar sangre es sencillo, puede hacerlo casi todo el mundo (el año pasado hablábamos de quién puede ser donante y cuáles son las exclusiones temporales y definitivas) y no tiene por qué afectarnos negativamente.

Sabemos qué ocurre cuando vamos a donar: rellenamos un pequeño cuestionario, nos hacen una pequeña entrevista, la prueba de hemoglobina a través de un pequeño pinchazo en el dedo y la toma de tensión. A continuación, si somos aptos, pasamos a la camilla para donar y al terminar nos ofrecerán reponer fuerzas ¡y listo!. Ahora bien, ¿qué sucede con la sangre que hemos donado?

Lo primero que se realiza una vez que la sangre ha llegado al centro de transfusión, es someterla a un proceso de centrifugado a través del cual se separa en tres componentes diferentes: hematíes, plaquetas y plasma. Tras estar debidamente separados, cada componente va a una bolsa distinta donde pasan diferentes procesos para estar listos para la siguiente fase.

La siguiente fase es el análisis de la sangre. A la sangre donada se le realizan varias pruebas según la normativa: determinación del grupo sanguíneo, prueba del VIH, hepatitis B y C, sífilis, recuento de hemoglobina, de leucocitos y plaquetas y en algunas ocasiones otro tipo de pruebas para detección de posibles enfermedades. Unas semanas después toda esta información llega a casa del donante en una carta con todos los datos de la donación. En el caso de que los resultados presenten algún tipo de problema, la sangre se descarta y el donante es notificado de forma personal.

Si los análisis han sido correctos y la sangre es apta para la transfusión, esta pasa a etiquetarse y almacenarse con las condiciones que requiera cada uno de los elementos que la forman. Los hematíes son almacenados en refrigeradores a 6 º C durante un máximo de 42 días, las plaquetas se almacenan a temperatura ambiente en agitadores y solo duran cinco días, y el plasma se congela y puede durar hasta un año.

Como veis, los distintos componentes de la sangre tienen una vida relativamente corta, por eso es importante que nos concienciemos de la importancia de donar de forma regular. Recordad que las donaciones deben espaciarse por lo menos en tres meses, y que los hombres pueden donar un total de cuatro veces al año, mientras que las mujeres solo pueden hacerlo tres.

Si todavía no eres donante de sangre, hoy puede ser un buen día para estrenarte. ¡Donar sangre es donar vida!

Más información | Portal de Salud de la Comunidad de Madrid
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