Los disruptores endócrinos no son más que sustancias exógenas que alteran el funcionamiento endócrino, es decir, son capaces de alterar nuestro equilibrio hormonal y afectar procesos fisiológicos importantes. Si bien hay muchos y de diversos orígenes, hoy te contamos sobre algunos disruptores endócrinos, sus efectos en el organismo y cómo evitarlos en la medida de lo posible.
Bisfenol A: ya hemos hablado de este compuesto químico que se utiliza industrialmente para incrementar la dureza de los plásticos. Este disruptor es obesógeno, es decir, incrementa la posibilidades de sufrir obesidad al actuar sobre hormonas como la insulina.
Ftalatos: se utiliza para dar flexibilidad y durabilidad a los plásticos y su acción es como antiandrógeno, por lo tanto puede causar problemas de fertilidad y al mismo tiempo, incrementa las posibilidades de sufrir obesidad abdominal.
Éter difenil polibromado (PBDE): altera el equilibrio y funciones de hormonas tiroideas pudiendo causar desde ganancia de peso hasta problemas de fertilidad y desarrollo. Se utiliza como combustible.
DDT: es un plaguicida o insecticida que puede ocasionar problemas de aprendizaje y desarrollo, así como obesidad al alterar la síntesis y funcionamiento de hormonas.
Derivados del benceno: por ejemplo policloruros de bifenilo que se utiliza como refrigerante y lubricante puede producir daños en la piel, resultar cancerígeno y obesógeno.
Estos son sólo algunos de los miles de disruptores endócrinos a los que podemos estar expuestos producto de la industria de fertilizantes, combustibles, lubricantes, cosméticos, plásticos, disolventes, insecticidas, entre otros.
Para evitar o al menos reducir la exposición a los mismos y sus efectos negativos sobre nuestro cuerpo recomendamos:
Evitar alimentos envasados en artículos con policarbonato o cloruro de polivinilo.
Evitar los plásticos en bidones de agua y escoger envases de vidrio.
Escoger chupetes y productos como biberones que indiquen “libres de bisfenol A”.
Reducir el consumo de enlatados porque las latas suelen tener una cubierta interna que puede liberar bisfenol A.
Evitar consumir alimentos envasados con film de PVC y limitar su uso en casa.
Escoger productos orgánicos siempre que sea posible para evitar plaguicidas y fertilizantes.
Higienizar muy bien la piel de frutas y verduras antes de consumirlas.
Supervisar la presencia de ftalatos en cosméticos como perfumes, esmaltes de uñas, adhesivos y juguetes y evitar los que presenten este disruptor endócrino.
Después de leer sobre los disruptores endócrinos muchos pensarán que estamos totalmente rodeados y que no es posible escapar a su acción, sin embargo, podemos evitar la mayor parte de los productos industriales que contienen estas sustancias que alteran el funcionamiento interno de nuestro cuerpo, sólo debemos conocer al respecto y pensar que hace mucho tiempo atrás, nada de esto existía.
Por su parte, los estados tienen gran poder para actuar al respecto y por ello, recientemente Europa reclama acciones contra los disruptores endócrinos más extendidos, tales como el bisfenol A y los ftalatos. Deseamos con ansias que se luche contra ellos para obtener mejoras en nuestra salud.
Imagen | Klearchos Kapoutsis y Muffet
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