La prensa se ha hecho hoy eco de un estudio que afirma que con trece años se comienza a consumir alcohol, y que los botellones es el entretenimiento preferido por muchos jóvenes en nuestro país. Este hecho nos ha parecido alarmante, y por ello en Vitónica queremos alertar sobre los peligros de hacer de la borrachera y el exceso de alcohol una norma semanal, ya que se trata de la droga más consumida que genera en nuestro cuerpo una serie de daños irreparables.
El alcohol, como toda droga, genera dependencia en aquellos individuos que lo consumen. A pesar de que la mayoría de nosotros lo utiliza como herramienta de diversión y no convive salir de fiesta sin consumir alcohol. Como todo en nuestra vida, tener un límite es fundamental a la hora de consumir alcohol. No se trata solo de un riesgo para nuestra línea, ya que ya hemos visto que el alcohol nos aporta altas cantidades de calorías que acumulamos en forma de grasa, sino que además un exceso continuado del mismo desencadenará en nuestro organismo una serie de efectos nocivos.
Cuando ingerimos alcohol nuestro cuerpo recibe cantidades elevadas de etanol derivadas del alcohol. Esta sustancia es la que hace que poco a poco adquiramos una dependencia, ya que nuestro cuerpo experimenta una sensación de frenesí y falsa euforia que tiene un efecto de subida y bajada, ya que después de sentirnos alegres suelen venir periodos de depresión, ya que el alcohol y las sustancias que libera en el organismo afectan directamente a nuestro cerebro causando diferentes trastornos que terminan en problemas psicológicos, además de la propia dependencia que a medida que pasa el tiempo se va acrecentando.
A nivel físico los efectos del exceso de alcohol son demoledores. En primer lugar debemos tener en cuenta que el alcohol se procesa a través del hígado, que se ve afectado y con el paso del tiempo puede dar lugar a enfermedades hepáticas. El alcohol aumenta los niveles de triglicéridos y por lo tanto empeora la circulación sanguínea, aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. Nuestros sentidos se ven afectados enormemente, ya que altera el control de nuestro cuerpo y el equilibrio. El aumento de la masa grasa es elevado, y con él la disminución de la masa ósea y la fragilidad de nuestro esqueleto, pudiendo lesionarnos con más facilidad.
Es importante que tengamos esto en cuenta a la hora de divertirnos mediante la ingesta descontrolada de alcohol. Como hemos comentado en infinidad de ocasiones, todo es bueno en su justa medida, aunque con el alcohol es mejor quedarnos cortos siempre.
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