El ejercicio físico intenso en niños reduce el riesgo de que padezcan diabetes

Sabemos que el ejercicio físico en adultos ayuda a mantener una mejor salud cardiovascular, reduciendo el riesgo de enfermedades del corazón. Y no solo eso, sino que sabemos que realizar algún tipo de deporte es beneficioso para tratar la diabetes de tipo 2 en adultos. Lo que hasta hoy no teníamos tan claro es los beneficios que el deporte tiene en estos dos casos en niños.

Sin embargo, un nuevo estudio ha encontrado que practicar ejercicio físico puede reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en los niños. Estos investigadores realizaron un estudio de cohorte a lo largo de dos años en el que encontraron que el comportamiento sedentario en niños hacía que los factores de riesgo se acumularan, mientras que aumentar la práctica de ejercicio intenso hacía que se redujeran.

Los resultados están basados en se los datos de la Physical Activity and Nutrition in Children (PANIC) Study. Se trata de una investigación en curso que se está realizando en Finlandia con la colaboración de otras universidades en la que contaron con 258 niños de edades comprendidas entre los 6 y los 8 años.

En el seguimiento de dos años que hicieron se analizó la asociación existente entre los cambios en la intensidad del ejercicio que los niños realizaban - intenso, moderado, ligero y comportamientos sedentarios - con los factores de riesgo de la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, entre los que se encuentran la grasa corporal, la circunferencia de la cintura, los niveles de glucosa e insulina en sangre, la presión sanguínea y los lípidos en sangre.

Para medir la intensidad del ejercicio utilizaron un aparato que media la velocidad del corazón y el movimiento del cuerpo, de manera que se podía obtener una idea más objetiva de la intensidad real del ejercicio. Este aparato lo llevaron durante mínimo cuatro días, de modo que se hacia mediciones de estas variables durante varios días, incluyendo fines de semana.

Como resultado encontraron que los niños que aumentaban la intensidad de deporte que hacían disminuían su riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, mientras que los niños que aumentaban su comportamiento sedentario aumentaban sus factores de riesgo. Los investigadores no encontraron diferencias en los resultados por razón de género o madurez biológica entre otras cosas.

Los realizadores del estudio indican que estos resultados sugieren que, dentro de la actividad física diaria que hagan los niños, lo recomendable es que al menos 60 minutos sean de ejercicio intenso. En cualquier caso, incrementar el nivel de ejercicio de sedentario a moderado-intenso ya puede ofrecer mejoras importantes. Aunque estas enfermedades sean "de mayores" es importante que sepamos que la prevención empieza desde que son niños.

Imágenes | Unsplash

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